Capitulo 14

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Sentía como si alguien me hubiera golpeado con un martillo gigante, como si alguien hubiera tenido toda la intención de aplastarme la cabeza, trate de sujetarme la cabeza por el que el pitido constante de algo me estaba haciendo trizas la cabeza.

-Ella está despertando- escuche la voz de una mujer- pero probablemente no se sienta muy bien después del golpe que recibió, le daré unos cuantos minutos, la tendré que volver a anestesiar.

-Gracias- la voz ronca de alguien hizo eco en mi cabeza ¿Acaso era Owen?- ¿Cass? ¿Puedes oírme?

Trate de abrir mis ojos, hasta eso dolía jodidamente como nada antes me había dolido, después de unos segundos logre enfocar a alguien sentado a mi lado, su cabello despeinado indicaba que se había pasado las manos una y otra vez, sus ojos inyectados de rojo probablemente por falta de sueño.

-¿Qué..- la pregunta o intento de se quedó en el aire, sentí mi garganta arder, tenía la garganta tan seca, que dolía tratar de hablar.

-Toma- Owen me ofreció un vaso con agua, trate de mantener el vaso y dirigirlo a mi boca, me salpique en aquel intento, me sentía débil, Owen tomo mi mano, me ayudo a empujar el vaso, bebí lentamente.

-Gracias- mi garganta agradecía enormemente sentirse un poco fresca y aunque podía hablar el dolor seguía- ¿Qué paso?

-¿No recuerdas nada?- cerré los ojos tratando de volver a mis recuerdos, pero el esfuerzo solo hacia doler más mi cabeza, aun así las imágenes volvieron a mi como un torbellino.

-El auto, el gato..- el niño ¿Realmente había visto a aquel niño? Cuando llegue a la mitad de la calle no había indicios de él.

-¿Un gato?-¿Enserio? ¿Esa era su pregunta?

-Sí, un gato ne...- el sonido de la puerta abriéndose me interrumpió, por ella cruzo una mujer, su cabezo oscuro y esos ojos, la sonrisa, era la madre de Owen.

-Hola- me dedico una sonrisa dulce- ¿Cómo te sientes, Cassandra?

-Como si me hubiera arrollado un auto- ella rio.

-Bueno, creo que así fue, para tu suerte- ojeo una carpeta- nada roto por fortuna, aunque nos has dado dos días de mucha preocupación- ¿Dos días?- por ahora seguiremos observando y asegurándonos que todo salga bien, tu mamá está en la recepción firmando algunos papales, desafortunadamente necesito anestesiarte, temo que mi hijo gasto todo el tiempo, pero las dosis será leve así que despertaras en unas horas ¿Esta bien?- asentí, quería hablar con mi madre, pero el dolor aún seguía y realmente era algo que quería que desapareciera.

Solo me bastaron algunos segundos para sentir el dolor disminuir y mi cuerpo empezar a adormilarse, mi respiración empezaba a ser larga y profunda, todo se volvió tranquilo y silencioso, excepto una cosa.

-¿Estás seguro que dijo eso?- lo último que pude escuchar fue la pregunta de la madre de Owen.

La segunda vez que abrí los ojos podría decirse que fue un poco mejor, solo ligeramente, el dolor persistía, pero poder ver la figura de mi madre frente a la ventada que había en la habitación estableció en mí un sentimiento grato.

-¿Mamá?- Volteo rápidamente, en sus ojos podía notar la preocupación, angustia, miedo.

-Cariño- se acercó, tomo mis mejillas con suma delicadeza, una lagrima cayo por su mejilla pero la limpio rápidamente, quería ser fuerte.

-Todo está bien, mamá- Sonreí- solo fue un accidente.

-Cass, ¿Segura que..- eso había dolido más que ser arrollada por un auto, ella quería preguntar si había intentado hacer eso, hacer eso de nuevo, sentí un nudo asentarse en mi garganta.

El Ángel PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora