A la mañana desperté con susurros en la habitación, tuve que concentrarme para poder escuchar con claridad, hasta que deduje que la voz aguda era de la mamá de Owen.
-Ella ya está completamente bien.
-¿Segura?- la voz de un hombre susurrando me confundió.
-Si hijo, estoy segura- sentí mi respiración volverse dificultosa- estudie medicina casi por 10 años, estoy muy segura, tanto que hoy mismo se dará de alta, llame su mamá y ella estará aquí en 15 minutos para firmar el alta.
Escuche unos tacones alejarse y una puerta cerrase, unos pasos, mas no dos, el seguía aquí, un dolor se asentó en mi brazo, me estaba dando un calambre, por dios este no podía ser el peor momento, solté un quejido pero seguí sin abrir mis ojos, unos pasos se acercaron apresurados, una pequeña risa emano de él, el corazón me latía tan rápido que tenía miedo de que se escuchara como tambor, el tacto casi hace que me sobresalte, Owen había acercado tan delicadamente su cuerpo, sus manos se dirigieron a mis brazos, así acomodándome de forma que mi brazo era libre de la presión de todo mi cuerpo, sentí su respiración demasiado cerca de mi rostro, trate de mantener la compostura, aun fingía que dormía.
-Me tengo que ir, vine temprano porque aún tengo que ir a clases y a los entrenamientos que decidieron reanudar hoy, ya que el partido es en dos días-silencio, Owen suspiro- Lo siento, ni siquiera aun estando a 10 metros de ti pude mantenerte a salvo, aunque a veces parece que el que te hace más daño soy yo- otro suspiro, sentí su mano recorrer mi rostro y seguido ordenar un mechón de cabello- cass- su respiración estaba más cerca, oh por dios ¿él iba a besarme? ¿Qué demonios hacia tan cerca?- yo aún te...- un suspiro más, pero este era más lleno de frustración, sentí sus labios, había besado mi coronilla, después de eso, sus pasos se alejaron y escuche la puerta cerrarse, no sabía que hacer estaba paralizada, no quería abrir los ojos por miedo de que él aun siguiera en la habitación.
Una vez más la puerta resonó en el cuarto, una bolsa colocándose en algún mueble de la habitación me dijo que la persona que había entrado era mamá.
-Hola cariño, vamos arriba ¿Sabes que eres muy mala fingiendo que estas dormida, verdad?- espera ¿Qué?
-¿Cómo sabes que no estaba dormida?- ella rio.
-Mi niña, tus respiración y mueves muchos los ojos- mierda.
-¿Qué hora es?- ella reviso su reloj- son las 6 am.
-Bien así aun podre ir a la escuela.
-¿Estás loca? No, claro que no, no me siento bien dejándote ir hoy, mañana volverás, lo prometo, pero no hoy, además tus hermanas están en camino para verte.
-Que bien, siento que no las veo hace años.
-Pues que bien por ti, porque se quedaran una semana.
-No es que me moleste, pero tienen trabajo y escuela ¿Qué pasa con eso?
-Sera mejor que todo eso lo hablemos en casa, ¿si nena?- la mire confundida, pero decidí dejarlo así por el momento.
Trate de vestirme lo más rápido posible, odiaba los hospitales, desde siempre, así que una vez lista salí disparada de ahí, cuando llegamos al auto mama se reía, veía algo distinto en ella como si algo pasara, pero ella era demasiado buena ocultando cosas así que no sabía si era algo mío o en realidad si ocurría algo, decidí solo disfrutar el recorrido alejándonos cada vez más del hospital, una vez que mi madre estaciono el auto vi a mis hermanas paradas en la puerta, lo cual era mala señal, por lo general esperaban en el sofá o en la cocina, me recordó el día en que me dijeron que mi papá o más bien mi padre adoptivo se iba de la casa, mi padre una voz susurro dentro de mi cabeza, voltee rápidamente hacia atrás, en la vereda vi estacionado un auto negro, su auto, mire a mamá y ella me sonrió débilmente, baje rápidamente del auto, mi mirada desesperada buscándolo, me detuve cuando salió del lumbral de la casa detrás de mis hermanas, corrí mientras veía como su sonrisa se agrandaba abriendo los brazos para recibirme, cuando llegue hasta él y sus brazos cálidos y fuertes me enrollaron entre sí, suspire, él estaba aquí, había venido; no me malinterpreten, después de la separación él siempre estuvo al pendiente de cada una, especialmente de mí, aunque debía admitir que no lo veía mucho, siempre me mensajeaba con el cuándo tenía tiempo, pues al igual que mamá siempre se mantenía ocupado, a veces parecía desaparecer por meses sin saber nada de él, pero siempre volvía, la última vez que había hablado con él había sido hace un año, pero ahora estaba aquí, justo aquí, aunque una parte de mi gritaba que esto no era normal, otra parecía sentirse feliz y completa, después de unos minutos me separe de él.
ESTÁS LEYENDO
El Ángel Perdido
FantasyCassandra Marshall fue maltratada en su infancia hasta que consiguió una nueva vida, una vida que ella solía llamar normal, la protección y amor que siempre deseo estaban ahí, sin embargo todo se distorsiona, nadie puede mantener las apariencias dem...