RDA┋13

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Capítulo trece.

[Hygge (danés): La felicidad que se encuentra en los pequeños planes, en soledad o con amigos].

• L E N A Y •


Lenay pasó todo el día junto a Niclas.

En ningún momento lo abandonó, ni siquiera cuando las estrellas se hicieron visibles en el oscuro cielo y la brisa comenzó a acariciar su piel, anunciando el ocaso. Ella permaneció con él hasta que las lágrimas de su rostro se secaron y las palabras dejaron de raspar su garganta en busca de salir. 

Niclas le agradeció su tiempo al despedirse, aunque no con palabras, sino con un gesto que ella conocía muy bien. Era un fruncimiento de labios que se asemejaba a una media sonrisa producida por la timidez. Siempre le pareció adorable el verlo. 

A Lenay le hizo ilusión ver que el aspecto caótico con el que él llegó disminuyó casi por completo. Niclas se desahogó todo lo que pudo aquel día y, aunque su proceso recién comenzaba, ella se sintió orgullosa. La negación por fin había salido de su sistema.

La mañana siguiente, Lenay se despertó con un mensaje de Niclas en el que se disculpaba por cancelar sus planes. Clayton y Ulrik lo habían arrastrado a pasar el día con ellos.

Lenay: "No te preocupes. Estarás bien con tus amigos. Créeme, la amistad es una de las pocas cosas en el mundo que hacen de este infierno un mejor lugar".

Niclas Keller. "Claramente no conoces a mis amigos".

Lenay: "Claramente estás siendo pesimista".

Niclas Keller: "Tenlos a ellos como amigos, y luego me dices. No te doy ni un día con Ulrik".

Lenay: "Pero él es el que más me agrada".

Niclas Keller: "¿Ulrik?"

Lenay: "Sí, siempre me hace reír".

Niclas dejó de responder.

Lenay meneó su cabeza en desaprobación, y siguió leyendo sus demás mensajes. Poco después, una llamada hizo sonar a su celular. Ella se levantó de su cama al contestar, e inició a la par un recorrido por toda su habitación.

—¿Tienes planes para hoy? —Fue la frase con la que Zed inició la conversación.

—¿Pasar todo el día en pijama cuenta como un plan?

Zed rio.

—Puede, pero mi plan es mejor.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó Lenay, llena de curiosidad.

—Dashiell y yo vamos a ir un nuevo local que abrieron en el centro —respondió Zed con un tono prometedor—. Tiene buena música, excelente comida, videojuegos y no te piden tu identificación. ¿Qué dices?

La mirada de Lenay se alzó como si estuviera considerando su respuesta, aunque en realidad ya había decidido. Desde que Zed mencionó la primera cualidad, el lugar capturó su genuina atención.

—Envíame la ubicación antes de que mi pijama me tiente.

—¿No prefieres que pasemos por ti?

—No —dijo, pensando en su padre. Desconocía su actitud de ese día—. Los veo allá.

—Como quieras, L. Ve con cuidado.

—Ustedes también, Zed.

Después de colgar, Lenay comenzó a ordenar su habitación. Tenía un montón de hojas y libros tirados por el suelo. Había intentado librarse de su tarea antes de ir dormir cuando una serie de ejercicios de química la frustraron y, en su intento por resolverlos, terminó haciendo un desastre con sus apuntes.

Residuos de Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora