Capítulo 35

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Capítulo 35

Pero San Román disimuló muy bien. Se dio media vuelta y agitó la mano a su esposa, para despedirla. Con una sonrisa, a pesar de que el dolor era agudo.

Regresó al coche y se subió, entonces pudo llevarse una mano a la zona en donde le dolía.

El mismo tiempo que le tomó a él llegar a la oficina, tardó María en llegar a la inmensa ciudad.

Entró la llamada y le contestó mientras subía.

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M: llegué, mi vida...

E: me alegra, mi amor... Una vez más, muéstrales la experiencia que tienes... Y disfruta de este trabajo...

M: te amo, Esteban...

E: y yo a ti... Yo a ti también...

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Llegó a la recepción en donde lo recibieron como siempre de la mejor manera.

E: ¿puedes conseguirme unos analgésicos...?

"Enseguida, señor..."

E: gracias, estaré en mi oficina...

Pero quien entró fue su mano derecha.

Asist: buenos días, señor. ¿Se encuentra bien?

E: sí, Emilia. Buenos días. ¿Cómo estás tú hoy?

Asist: bien, le traje los analgésicos que pidió... ¿Puedo saber qué tiene...?

E: nada de cuidado... Un dolor... Con esto se me quita, gracias...

La fiel asistente observó a su jefe tomarse las pastillas, pensando en que las únicas veces que lo vio tomar medicinas fue cuando sufrió el exceso de estrés en el primer periodo presidencial.

Y una que otra vez en que le dolía la cabeza, pero era poco común.

Asist: ¿por qué no le hablo a Miguel?

E: estaré bien, no te preocupes más, ni preocupemos a mi hijo, menos a María... Hoy es su primer día en las Naciones Unidas...

Asist: le irá de lo mejor, la señora tiene colmillo, como se dice coloquialmente...

E: claro que sí...

Asist: a las 10 llega el grupo de senadores que pidió verlo, señor...

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María regresó por la tarde. Llegó directamente a la mansión San Román, en donde esperó a Esteban y los niños, que regresaban de sus respectivos entrenamientos.

Sofía, voleibol. Mía, lacrosse. Rafa, tenis.

Por lo mismo, llegaron todos agitados y listos para un baño.

¡Mami!! ¡Hola mami! ¿Cómo te fue, ma??

M: mis amores... (Besando a uno por uno) Muy bien, ¿y a ustedes...?

Sofy: bien, el torneo empieza en la primavera...

Mía: mi torneo también, mami...

M: ahí estaremos apoyándolas... ¿por qué mi príncipe está triste...?

Rafa: dañé mi raqueta favorita...

M: ¿cómo?

E: golpeó la raqueta en el suelo...

Rafa: es que me equivoqué muchas veces en el servicio...

M: eso pasa, por eso estás entrenando, hijo... Y aprendiendo...

MI DECISION IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora