baby on the way ✧ knowmin

capitulo 19

Después de que el doctor se fuese. Los tres cenaron juntos, y luego cada uno se fue a su habitación. Bueno, Minho y Seungmin dormía en la misma, así que se encontraban cada quien en su lado de la cama. Él pelinegro miraba el techo, estaba perdido en sus pensamientos.

Lo que le había dicho Kim, había sido algo difícil de asimilar. Pero debía hacer las cosas tal y como le dijo si no quería que Seungmin se pusiese así de nuevo y el bebé transmitiera eso, o que llegase a enfermarse.

— ¿Te sientes bien? —mantenía los brazos debajo de su cabeza.

Él omega se encontraba mirando la televisión, así que no se molestó en mirarlo —Si.

— ¿Qué hiciste con Jisung?

— Platicar.

— ¿Algo divertido? —sonrió con nerviosismo.

Seungmin lo miró extrañamente —Creo —volvió a mirar la pantalla.

Minho suspiró y tomó el control de la televisión para apagarla. Seungmin iba a quejarse, pero él negó con su dedo índice.

— Ya viste mucha televisión —dejó el control bajo su almohada— ¿Quieres ver algo que compré hoy?

— ¿Qué?

El alfa se levantó para ir a buscar la bolsa en donde estaban los zapatitos de bebé. Volvió a la cama y se la entregó a Seungmin en sus manos. — Míralo.

Abrió la bolsa y metió la mano para sacar el par de pequeños zapatos. Eran color blanco con detalles amarillos, muy hermosos. El corazón de Seungmin se aceleró, sintió una sensación extraña en su estómago bajo al verlos.

— Son lindos —habló sin mucho interés.

— Es para nuestro bebé.

— ¿Por qué tienes tanta ilusión de tenerlo? —preguntó un tanto molesto— Ese bebé no será feliz.

Seungmin aún seguía con la misma idea. No quería ese bebé, no le haría feliz y sabía que tampoco sería buena madre.

— Lo hecho, hecho esta —se encogió de hombros— Además, no tiene la culpa de nuestros errores. Es sólo un bebé indefenso.

Seungmin rodó los ojos y le dio la bolsa junto los zapatos —Bien, entiendo.

—Dime algo, ¿si? ¿Realmente es tan malo estar aquí? —le preguntó— Te damos todo. Mi madre te recibió con los brazos abiertos, comes lo que quieres, te cuidamos. ¿Por qué siempre estás tan enojado?

— No lo entenderías.

— Ayúdame a entender.

— Minho. Eres un Alfa, ¿que sabes tú de entender a un Omega? —le miró con molestia— Tuve que dejar la escuela por esperar un hijo tuyo, mis padres me corrieron, me odian. Ahora simplemente dependo de ti, un alfa que me aborrece.

— Yo no te aborrezco.

Ambos se quedaron callados por un largo minuto. Hasta que Minho decidió hablar de nuevo.

— No puedo aborrecer a la madre de mi hijo, además eres mi Omega —mantenía el rostro serio— No te he marcado porqué eso sería una conexión más grande, pero ya nos une el bebé.

— No quiero ser tu Omega. Tú no me gustas —se frotó los ojos— No sé que me sucedió hoy, pero eso no quiere decir que te quiera.

— Está bien —asintió y volvió a mirar el techo— Pero de todos modos, eres mi Omega. Al menos hasta que te vayas, y tomes tu camino.

Sin decir nada más, Seungmin se dio la vuelta para darle la espalda. A pesar de que fuese tan duro, sabía que se estaba acostumbrando a estar cerca de Minho, y su madre que pensar en tomar su camino, sonaba a una idea maravillosa, pero a la vez le daba mucho miedo.

¿Podría irse una vez haber dado a luz?

El reloj marcaba las tres de la mañana. Minho se despertó al escuchar unos sollozos, prendió la luz de la lámpara y observó a Seungmin moviéndose con incomodidad mientras sollozaba. Su cuerpo volvía a temblar, así que se acercó para envolverlo con la cobija y abrazarlo por la espalda.

— Estarás bien —le susurró, mientras metía la mano dentro de su camisa y la dejaba sobre su vientre abultado— Sólo tienes que dejar de ser tan duro. Yo lo intentaré, no quiero ver a mi bebé mal.

Pronto, el omega comenzó a calmarse y entonces durmió tranquilamente sin darse cuenta de que Minho le rodeaba dándole el calor que necesitaba. El lobo interior de Minho se sentía feliz y cómodo así, tanto que también pudo dormir plácidamente.

Y aunque Seungmin no lo sabía, Minho daría lo mejor de sí para hacer las cosas bien. Comenzaría a cuidar de él, ahora tenía dos razones para hacerlo; el hecho de que fuese la madre de su bebé, y... el hecho de que ahora sabía que estaban unidos.