El pelirrojo estaba sentado en una de las bancas del campus en lo que esperaba. Como ya era costumbre, sus manos temblaban.
De nuevo miró su teléfono. Aquel maldito mensaje.
Miya: Ey ¿Podemos hablar?
¿Hablar sobre qué? ¿Lo que le hizo el otro día? ¿Su pelea con Langa? ¿O acaso quería proponerle ser amigos con derecho?
Un escalofrío recorrió su espalda. Tan solo pensar en eso le causaba náuseas.
–Ey– se posicionó el pelinegro frente a él –Viniste– sonrió.
El pelirrojo se alejó como un instinto –Hola, Miya– susurró.
El rostro del menor se mostró decepcionado y soltó un pesado suspiro.
–Oye, no haré nada ¿De acuerdo?– metió las manos en sus bolsillos –Solo quería disculparme por lo que pasó el otro día– se rascó la nuca.
–¿Uh?– lo miró.
–Mira, sé que estuvo mal y no debía hacerlo– tomó aire –Sin embargo, no mentí esa noche. Enserio eres el chico más atractivo que he conocido un LARGO rato–.
–¿Gracias?– arqueó una ceja.
–Espero no haberte metido en problemas con Langa–.
–No sucedió. Y de todas maneras, él y yo no somos nada más que amigos–.
–Oh, asombroso– formó una sonrisa nerviosa.
–Bueno, si eso era todo– empezó a levantarse.
–Espera– lo sostuvo el pelinegro por la muñeca –Reki, yo... Necesito decirte algo importante–.
–Te escucho– accedió de mala gana.
–Creo que eres un chico asombroso– tragó saliva –Aún con tu cabello mal arreglado y tu ridícula manera de vestir. Tu sonrisa es hermosa, entre sexy y tierna, y tus ojos brillan cuando te diviertes, lo cual me parece adorable. Usualmente cuando veo a alguien pienso que tan bueno sería en la cama– confesó –Era así también contigo al principio, pero entre más convivimos, eso era lo que menos me importaba. Y me empecé a interesar en cómo sería tomar tu mano mientras vemos el atardecer– habló con rapidez –Lo cual es muy raro, porque nunca me había sentido así con nadie y es muy frustrante– acarició su muñeca –Lo que quiero decir es... Creo que me gustas. Como algo más que algo sexual– murmuró.
Reki se quedó quieto escuchando cada palabra. Debía admitir que estaba enserio sorprendido. Dos chicos estaban interesados en él de manera romántica.
¿Por qué? Él consideraba su belleza incluso inferior al promedio.
–Me gustaría salir contigo, Reki Kyan– formuló esas últimas palabras con dificultad.
Eso causó que el pelirrojo saliera de su trance.
–¿Perdón?–.
–Quisiera tener una cita– se quebró su voz con timidez..
–Y-yo– hizo una larga pausa –Es raro ¿Sabes?– se acercó a él –Si me hubieras pedido esto la semana pasada, hubiera accedido al instante, pero ya no soy el mismo que en ese entonces– formó una cálida sonrisa –Ambos tenemos problemas, Miya. Pero no creo que estos ayuden al otro a crecer como persona. Si saliéramos, podríamos terminar haciéndonos más daño y odiaría eso– tomó sus manos –Pero agradezco mucho todo lo que me dijiste. Y, si me permites opinar al respecto, creo que tú también eres asombroso, pero el poder que tienes sobre las personas ha cegado tu visión y ocultado tus verdaderos colores–.
Lágrimas empezaron a resbalar por las mejillas del de ojos verdes.
–¡Oh por dios! ¿Estás bien? ¿Dije algo malo?– entró el mayor en pánico.
–Nunca me habían rechazado– masculló.
–Lo siento–.
Miya lo abrazó como respuesta.
–Gracias– susurró.
–¿Qué?–.
–¿Enserio crees que aún tengo salvación?–.
–Emm, todos la tienen ¿No? Además, nunca es tarde para poder cambiar– formó una sonrisa incómoda.
Se enjuagó las lágrimas con rapidez y con una tierna sonrisa adornando su rostro.
–¿Podemos ser amigos?– le preguntó.
–¿Por qué de repente empiezas a actuar como un niño?– rio.
–¿De qué hablas?– arqueó una ceja.
–De nada– sonrió también –Y sí, podemos ser amigos–.
–¡Genial! Te gusta patinar ¿No? Gané unas cuantas competencias de skate cuando era niño. Podríamos hacerlo juntos de vez en cuando–.
–Ey, espera– lo sostuvo por los hombros –Primero debes prometerme que te disculparás con Langa–.
–¿Qué?– frunció el ceño –No, él me golpeó–.
–Y se siente terrible por eso–.
–No quiero hacerlo– se cruzó de brazos.
–Miya– canturreó –Langa también es mi amigo y me gustaría que mis amigos se llevaran bien– hizo un puchero –¿No podrías hacer eso por mí?–.
–Ugh, de acuerdo– accedió –¿Pero después patinaremos?–.
–Sí, Miya, después patinaremos– giró los ojos.
–¡Asombroso!– lo abrazó por los hombros.
El pelirrojo se sonrojó y esbozó una ligera sonrisa. Por primera vez, en todo el tiempo que llevaba de conocer al pelinegro, lo podía ver comportándose con su verdadera edad.
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Anxiety
FanfictionDespués de un accidente en una fiesta,el joven Reki Kyan capta la atención de su compañero Langa Hasegawa. Un chico que buscará ayudarlo a superar sus problemas y convertirse en la mejor versión de sí mismo. ¿O no? (Actualizaciones los martes)