9.

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Vulnerable.

Kalia.

No hay sentido, quiero encontrarle algún motivo a mis acciones y no hay sentido alguno para mis gritos de aquella noche contra mi reina. Tuve que calmarme y hacer lo que me pidió mi prima, tuve que hacerlo, pero no lo hice y las consecuencias por tal desacato arrasaron con más vidas inocentes de las inimaginables.

Por eso me merezco esta tortura mental; por manchar mi hoja en blanco de buenos actos, por manchar mi conciencia y matar vilmente a inocentes.

La doncella sale de la habitación dejándome sola, es el quinto día que envió mi día detallado en una hoja y no creo poder hacerlo más.

Describir emociones, pensamientos y recuerdos ha sido más difícil de lo que esperaba, pero al menos tengo un objetivo en el día: Escribir y hablar indirectamente con alguien que sé que me lee con detenimiento.

No estoy diciendo que aquello es reconfortante porque es lo contrario, ni que las pesadillas no han llegado, ni que ya hay calma en mí, pero debo de admitir que es más libertario el sobrellevar mis días.

No conozco a la periodista que lee sobre mi asquerosa vida, ni tampoco, el objetivo de hacerme escribir, pero el saber que pronto habrá una nota denigrando mi nombre me quita las dudas y me dice que esto está valiendo la pena.

Recojo el papel no utilizado y lo guardo en el cajón de mi mesita de noche, cada nota que escribo debo de escribirla varias veces hasta encontrar las palabras perfectas, en ocasiones las repito porque daño el papel con mis lágrimas y en otras porque es tan difícil explicar lo que siento que me bloqueo y hago bola el papel llena de rabia. Siempre tardo horas tras horas intentando que quede bien, porqué es difícil, aunque no lo parezca.

—Hubo una respuesta —llega la muchacha que en envié con la nota.

No respondo y me la entrega antes de salir.

Despego la cerradura con cera de un sello negro y la abro para encontrar el escrito con letra tan magnífica.

Me informaron que mañana habrá una reunión con los de Philersach, necesito que asista para verla.
Así será discretamente capturada por mi cámara y la denigración será más grande, cuando se enteren que usted siendo la responsable de todo asistió a reuniones donde buscarán un castigo para los supuestos culpables.
Espero verla mañana.

Guardo la nota bajo mi almohada, puedo asistir, tengo libre acceso a todas las reuniones sean políticas o conversaciones, pero no quiero salir de aquí.

Y la opción de salir de aquí para ver a los nobles de Philersach está menos considerada, me meto bajo mi edredón y comienzo a enumerar los pros y contras de mi ida a aquella reunión, manteniendo mi mente concentrada en otra cosa.

Me amanezco encontrando solo los contras de todo, no hallando ningún pro, pero la llegada de Wanda con un nuevo requerimiento que no acepto me hace poner de pie y a regañadientes dejo que se encarguen de mi vestimenta.


Marley.

Cada día que pasa es una nueva oportunidad, no sé quién habrá dicho aquello, pero no hay mentira en esas palabras... Y mi prima me lo demuestra ingresando a la sala de reuniones más reluciente que nunca.

Hace meses atrás estuvo aquí con sus ojos hinchados y haciendo lo inapropiado, pero hoy nos deja callados a todos cuando ingresa más bella que nunca, su vestido dorado y ancho hace un contraste perfecto con su piel, su cabello en un semi—recogido le da asilo a una tiara que combina con sus bellos pendientes del color de su traje, no hay ojeras (maquillaje), sus mejillas están rojas, su tez está más amarillenta que anteriores veces y sus huesos son notables, pero eso no la hace ver menos bella.

AUREKEA. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora