21.

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Antes de leer: Esté capítulo tendrá escenas de maltrato físico y verbal, si eres sensible o simplemente no quieres leer algo así, no es apropiado para ti.

Kalia.

Mis pies duelen, una capa de sudor cubre todo mi cuerpo y mis manos están rendidas por el peso del vestido.

La mentones en alto de los hombres que están frente a mí no ayudan y ni por más que he intentado hablar con ellos, no me dan su atención.

—Necesito hablar con el príncipe... —vuelvo a dirigirme a ellos.

Tengo más de una hora en esto.

Estoy frente a los muros que resguardan la casa Imperial, la puerta de rejas doradas está cerrada dejando ver un poco el patio de la casa, los guardias de traje negro resguardan las rejas y al parecer tienen acalambrado el cuello ya que no lo mueven de estar recto.

Ni siquiera para darse cuenta de quién soy.

Corrí sin vuelta atrás cuidando que los carruajes no acabaran con mi vida y planté al ver está gran edificación a mi lado, jamás he visto algo tan maravilloso y lo irónico es que apenas estoy frente a esta casa... aún no la he recorrido y desde ya la estoy considerando hermosa en todos sus sentidos.

» Necesito hablar con él, por favor...

No me miran, actúan como si yo no existiera, dándome a entender que lo que estoy haciendo ahora, ya miles de personas insignificantes para la familia Imperial lo han hecho.

Me rindo.

—Tengo mucho por hacer ¿Saben? —decido tomar asiento en una esquina cerca de las rejas sobre una de las tantas rocas que están frente a los arbustos de decoración—. Hay un grupo de personas que esperan por mí, que creen en esta mujer más que yo misma...

Me extiendo hablando y hablando, nadie me da su atención.

Mi garganta duele, estar sobre la roca se vuelve incómodo, las lágrimas amenazan con tomarme de nuevo... y sigo relatando lo que pasé por estás semanas, todo lo que hice tratando de obtener al menos un poco de lástima.

Pero no es así y me enojo, me enojo conmigo misma por hacer esto, me enojo con el destino por ponerme en estas instancias... Me enojo con mis padres por no estar aquí siendo el apoyo que tanto necesito.

—Tengo la teoría de que su patrón si me ve aquí, en estas instancias les cortara la cabeza —palabras sin sentido salen sin ser medidas—. ¡Y no me dará pena! ¡No tendré remordimiento! ¡Porqué me estoy muriendo ahora mismo y a ustedes no les importa!

Colapso.

Odio que me sean indiferente.

Mis manos tiemblan, mi cuerpo entero tiembla.

Mis gritos pasan desapercibidos, pero la figura que se visualiza desde acá no, al menos, no para mí.

Alguien está subiendo la escalinata de la casa Imperial al parecer...

— ¡Ayuda! ¡Ayuda! —me pongo de pie y sin pensarlo dos veces me hago un espacio para lanzarme a las rejas de oro, las cuales sacudo—. ¡Necesito ayuda!

Grito con todo lo que tengo, el sonido del metal resonando me acompaña, sin embargo, como era de esperarse los guardias me toman de la cintura y uno de ellos me cuelga a su hombro.

— ¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Auxilio! —golpeo su espalda con mis puños—. ¡Ayuda! ¡Por favor!

Pataleo tan duro contra su estómago que siento como el hombre se entumece. Alzo la mirada y festejo para mis adentros cuando la figura está direccionada para acá y viene con varios guardias a su alrededor.

AUREKEA. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora