AUREKEA. (+18)

28.

Límite.

Noche del baile.

Olive.

Que maldición esteré pagando, no lo sé.

Capaz en mi vida pasada era más miserable que en está y no tuve más opción que venderle mi alma al diablo, por lo que ahora solo estoy padeciendo las consecuencias de mis actos pasados.

Y sé que se lee ilógico, pero les juro que no hay otra explicación.

—Tengo que ir por papá —le susurro a Rose—, no estaba en buen estado hasta hace rato...

— ¡Es que no entiendo en que cabeza se le metió a Kalia cogerse al primo de su novio muerto! —la castaña de pelo corto da vueltas por todo el balcón—. ¡Era lo que faltaba! ¡Primero ser una bendita cotillera poniéndonos en riesgo a nosotras, luego una desobediente sin escrúpulos ni sangre en su cara y ahora una mujerzuela que vende su cuerpo por billones!

—Ve, que yo me ocupo de la histeria de Elle —mi amiga rojiza me da un apretón de mano.

Asiento y emerjo del balcón donde se quedan las tres chicas (con la morena), todas preocupadas por las noticias que nos dio Marley al salir de la habitación de los herederos luego de haberse cruzado desde el balcón de la habitación de lady Lolina.

El salón está lleno de nobles ebrios, que hablan, gritan, bailan y chismean de lo que sucedió con Kalia dando testimonios erróneos entre sus recuerdos de borrachera.

André de Philersach es... Un hombre muy hermoso, muy candente y su aura tan oscura hace que a muchas nos tiemblen las rodillas y se nos mojen nuestras bragas, el peligro que emana su presencia es asfixiante y eso hace replantar varias situaciones.

Por eso desde hace meses atrás cuando yo misma le hablé para quedar, me mentalice nunca ir a ningún lado y considerarlo como alguien digno para fantasear.

Es muy guapo como para una noche de sexo anónimo, pero no más y de eso me di cuenta cuando me paré frente a él y en sus ojos solo encontrar el deseo de rendición, de sufrimiento.

No acabo de arrepentirme por haberlo visto con alguna tercera intención, o para decir verdad apenas di un paso en falso queriendo apaciguar recuerdos no gratos para mi ser.

Porque él es al único hombre al que he encontrado guapo y removedor de hormonas a más de Maurice, capaz por eso tanta insistencia, tantas ganas de probar algo nuevo lo que se quedó solo en ello porque mi razón calló a mi calentura y estoy muy agradecida.

Ahora, otra cosa que no calla a mi conciencia es haberle enviado aquella carta... La cual escribí una noche que estaba totalmente ebria ahogando mis penas de soledad y de no ser amada.

No recuerdo nada de lo que decía, pero según Kalia gracias a eso le pudo vender los pendientes y obtener el dinero que tanto necesitaba.

Todo bien, pero ¿Y si eso los acerco más y por ello Kalia está metida en tremendo escándalo? ¿Soy yo la proveedora del comienzo de todo u antes de ello ya había algo?

Me siento culpable en parte. Ahora ya están juntos, no me agrada la idea, sin embargo, es momento de ver el desenlace.

— ¡Mi amor, ven! —me llama papá a la mesa cuando estoy a unos pasos de ellos.

Mi madre se ríe a carcajadas junto al duque de Firdiskong e hijo, quienes están en la misma mesa, el menor de los nombrados planta sus ojos en mi en el momento que llego...

— ¿Has bebido? —le pregunto a papá.

—No, apenas un trago —su lengua se arrastra—. Estaba buscándote para preguntarte si has bailado esta noche, porque no lo he visto.