Una tormenta, una habitación, una cama y dos herederos.
André.
—Ya son dos horas de búsqueda, su alteza —habla Cayl tomando el té de la mesa—, debe de calmar su tensión, no la puede tener tan alta hasta que ellos lleguen con una respuesta.
Ignoro la cara ceniza de la princesa y sigo tomando de mi café.
Estoy con tantos asuntos encima que la perdida de alguien que no aporta en mi vida me da igual.
El rojizo le ofrece el té de valeriana que tanto le ha pedido que tome y ella se niega de nuevo.
—No, muchas gracias —se levanta para ir a los ventanales.
Estamos en la sala de estar de la recepción, (solo los cuatro si contamos a Jones) Cayl me pidió tener el control y se lo cedí. Lo cual fue en parte un error, ya que terminó dejándome estancando al lado de una impaciente que no entiende el significado del verbo morir.
—Creo que sería mejor si se calma —la sigue—, desmayarse no ayudará en nada.
No escucho lo que responde ella, pues llega una mucama con un comunicado escrito del doctor Murphy. Lo leo para enterarme la nueva fecha de la reunión que tuvo que darse hace unas horas atrás, pero fue imposible por las nuevas medidas tomadas por Cayl.
—Estoy ocupado para esta fecha —le recuerdo a Jones.
Él toma el papel que extiendo y asiente.
—Al parecer se han olvidado, con su permiso. —Se va.
Esta semana me concentraré en mi cargo monárquico.
Tener este centro y complacer a Marcus es un completo infierno, ahora mismo está con la cólera por las nubes por mi inasistencia en la reunión del concejo, la cual, me importaba tanto como la perdida de esta chica: nada.
Sus insultos los paso por alto, él sabe que igualmente terminaré haciendo lo que quiero y para ejemplo de ello está el hecho de que haya tomado el cargo de las tropas que se preparan para ir al frente, cuando él se negó rotundamente.
Dejo mi café sobre la mesa y me pongo de pie.
Tengo que ir a estudiar las debilidades de mis ataques pasados en reinos que han querido llegar a nosotros, ya que no estoy haciendo nada, (a más de ver llorar a la princesa) ir a planear una buena carnicería me parece una idea relajante.
— ¿A dónde vas? —me retiene Cayl tomándome del brazo.
Lo miro de pies a cabeza buscando algún atisbo de coherencia en su pregunta.
—André estamos en medio de la búsqueda de la mejor amiga de la princesa, al menos ten un poco de empatía por ella y quédate aquí acompañándola en su dolor.
Bajo mi vista a su mano dándole a entender lo que hace a los segundos.
Me suelta.
—Bien, ve y déjanos aquí —dice acusante—. Recuerda que, según tú, yo tenía el control de todo y ya me doy cuenta de que solo fueron patrañas.
Rodando los ojos salgo del lugar, Jones me sigue a los segundos y comenzamos a subir las escaleras.
No hay nadie rondando por aquí, ya que no hay nadie fuera de sus habitaciones. Está fue una nueva restricción por parte del rojizo quien tomó el control, lo que debo de agradecer porque todo esté teatro de buscar cadáveres entre la nieve lo único que me causa es pereza.
Ir a mi oficina y encerrarme sin saber que sucede es lo que necesito ahora, a fin de cuentas, la pequeña parlanchina de ojos grises aún no ha muerto y eso es lo importante.
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AUREKEA. (+18)
FantasyAurekea: Reino donde nació una venganza, las reglas de los antepasados rigen y la nueva generación se prepara para gobernar. Generación de nobles conflictivos que sobreviven a situaciones marcadas por el ambiente que los rodea, teniendo como mayor...