CAPITULO 26

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Las semanas pasaron y Louis no podía dormir y no fue a ver a Harry por ese tiempo, Luna le mentía al ojiverde dándole “regalos” que supuestamente le había mandado Louis, y excusándolo por no poder ir; y le preocupaba la situación del castaño pues se había negado a que le hablara del chico rizado, y solo pasaba tiempo en su habitación con sus amigos, incluso había dejado de dar las ultimas clases.

Pero Louis no estaba evitando a Harry a propósito, ya habían dado la fecha de la ejecución, y les quedaba muy poco tiempo, y cada vez menos opciones, parecía que todo estuviera girando en contra de ellos, ya no lo podían sacar porque ahora habían cámaras por todos los lugares de la academia hasta las habitaciones, así que no tenían mucho tiempo para hablar del tema en grupo, y él prefería quedarse en su habitación pensando, escribiendo y llorando por lo injusto que era el destino con él, porque cuando por fin había encontrado una persona que lo hacía feliz, este se había encargado de arrebatársela y no esto no parecía ser una prueba para fortalecer su amor, este parecía ser el final de la historia y él se negaba a aceptarla.

Harry sabía que algo andaba mal, porque ya había pasado mucho tiempo desde que recibió la última nota del ojiazul, y se daba cuenta que Luna no tenía la misma actitud, parecía un poco triste, preocupada, alarmada y a veces la miraba llorando un poco y mirándolo con lastima, como si quisiera decirle algo, pero no fuera capaz de hacerlo, y él tampoco era capaz de preguntarle tenía miedo de la posible respuesta, ¿Le habían hecho daño a Louis? Tal vez, ¿Lo había dejado de querer? No, eso era casi imposible, él confiaba en su amor, esa noche volvió a leer la primer nota que le envió su novio, la había leído tantas veces que podía recitarla de memoria, la seguía leyendo, desde que sentía que algo andaba mal la leía todos los días, se sentía cerca del castaño cuando la recitaba en voz baja, imaginando que lo abrazaba por detrás de la espalda y él se acurrucaba en su pecho, mientras el ojiazul reposaba su cabeza en su hombro, y le susurraba al oído cuanto lo amaba y los planes que tenían en un futuro.

¿el futuro?

-Tienes que salir de aquí, estas hecho un desastre. –Dijo el pelinegro, organizando el cuarto de su amigo.

-Estoy bien, solo estoy pensando. –Respondió sin darle importancia a su situación.

Él no estaba bien, pero le era imposible darse cuenta, ya no recordaba cuando fue la última vez que se había bañado, lucía una barba descuidada, ropa vieja y sucia, su boca con manchas de sangre y una que otra comida, tampoco recordaba la última vez que había dormido más de dos horas seguidas, no podía dormir, aunque había conseguido unas pastillas para hacerlo, cuando sentía que por fin podría descansar, llegaban a su mente las imágenes del ojiverde siendo asesinado frente a sus ojos, sin que él fuera capaz de impedirlo, sintiéndose insuficiente y culpable por todo lo que le había pasado a la persona que más amaba y que menos merecía sufrir, porque su amado tenía un alma tan pura, él sabía que no le guardaba rencor a ninguna persona que le haya hecho daño en el pasado, Harry era fuerte y Harry sabría qué hacer, pero él no era fuerte y no sabía qué hacer, su mente se estaba haciendo pedazos y el solo necesitaba un abrazo del menor, que lo calmara, él era el ancla que lo mantenía atado seguro en la realidad, pero ahora su seguro no estaba y él estaba divagando, él quería morir y se estaba dejando morir.

A veces quieres el final, pero en el fondo deseas que lo que amas sea para siempre.

- ¡¿AHORA?! –Grito el rubio haciendo que Liam pusiera sus manos en sus oídos.

-Sí, él necesita ver a alguien que lo quiere.

- ¿Louis donde esta?

Y ahí estaba la parte difícil, tenía que explicarle como esa podría ser la última vez que miraría a su mejor amigo, porque iba a morir, más temprano que tarde, le iba a contar porque Louis no había vuelto a salir de su habitación y se no quería escuchar ni siquiera el nombre del joven que era dueño de sus sueños, no lo pensó mucho, y se lo contó, rápido y resumido, un poco frívolo, tal vez, pero solo se estaba mostrando fuerte, porque él también estaba destruido en el interior, pero no se iba a dar por vencido, no hasta que ya no hubiera tiempo, hasta el último segundo, antes de que Harry, en el peor de los casos, dejara de respirar, hasta ese momento él se rendiría, o tal vez, hubiera algo más que hacer aunque el rizado no respirara.

Deadly RomanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora