—Por fin podemos quedar —Siento que sea en mi casa...—dijo el pelilila avergonzado. —No hay problema —¿Seguro? —Seguro
El rubio le regalo una sonrisa para tranquilizar a su amigo. Tranquilamente terminaron el té y unas galletas que hizo el anfitrión hace unos días.
—¿Qué tal con Hakkai? ¿Hay avances? —Que va...¿tú con Emma? —Cero —Somos patéticos —Lo serás tú, yo voy un paso por delante —Si si
Ambos amigos rieron y dos siluetas pequeñas entraban por la puerta.
—¿Ya habéis despertado? —Si...—respondió Luna bostezando y junto con su hermanita se sentaron encima del rubio. —Luna, Mana, bajad—sonrojado pidió el hermano mayor. —No molestan, tranquilo
Suspirando vio a su amigo que se divertía con las dos pequeñas.
—¿Podemos peinarte?—cuestionó Luna.
Su hermana pequeña asentía dando a entender que estaba de acuerdo. Riendo el alto asintió y emocionadas comenzaron a penarle con su hermano con todo el rostro sonrojado por la vergüenza.
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