El funeral de Draken ya fue y todos los exmiembros de la Tokyo Manji se encontraban caminando en silencio a sus respectivas casas.
Por fin Mitsuya llega a casa, y con suerte no había nadie en casa. Se deja caer en la cama ahogando un llanto doloroso con su almohada. Se queda ahí varios minutos, culpándose por no estar con el cuándo ocurrió aquello, culpándose por no preocuparse por toda la situación. Es en este momento que recuerda cuando se conocieron, y de su tatuaje, el momento en que los comenzaron a llamar "los gemelos dragones" y también lo comenzó a seguir.
Limpiando un poco su rostro con agua tibia se mira al espejo, suspira, agarra unas tijeras para cortar el pelo de atrás y de la nuca, una vez lo suficientemente corto agarra una maquinilla y rapa por las zonas que anteriormente corto.
Cuando termina, limpia todo y, con lágrimas en los ojos se mira de nuevo en el espejo, aunque este llorando su cara dibuja una sonrisa.
Este acto sería su homenaje para aquel que fue su gemelo dragón.
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