Capítulo:27

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Te quiero, furias y tormentas.

El teatro se iba llenando poco a poco mientras los actores esperábamos tras el telón rojo. La obra se realizó según lo previsto, y cuando el espectáculo llegó a su final las manos se juntaban y separaban realizando un singular sonido. Todas las palmas al mismo compás.

El cielo una vez más amenazaba con dejar caer su furia sobre la ciudad. Si lo quería, nadie podría frenarlo. El cielo más negro que azul ocultaba las estrellas y la luna, pero no alguna nube gris.

Eran las ocho y cuarto, Jessica en la cafetería, supongo que con Jame  sentado en su taburete sin molértela a ella. Natacha con sus labios pintados de rojo había estado en la primera fila Junto a Harry. Ambos habían observado cada movimiento que yo realizaba en el escenario, con felicidad y detenimiento.

Zayn también había estado allí, en la primera fila, alejado de ellos, pero allí. El brillo de sus ojos le había hecho la competencia a los focos que iluminaban el escenario y a mí estando sobre este, y cuando la obra acabó y los aplausos empezaron la sonrisa en sus labios se dibujó.

Cuando salí con mi abrigo negro protegiéndome del frio, tras felicitaciones ribas, besos y abrazos, Zayn estaba apoyado en su coche, con los brazos cruzados en su pecho. Una chaqueta de cuero negro evitaba que el frio acariciara su piel.

— ¿Tu no me tendría que dar las gracias?— Dijo después de ponerme en libertad tras abrazarme.

— ¿Por qué?—

—Por haberte hecho realizar la audición y firmar el contrato —bajé mi cabeza escondiendo una sonrisa rebelde. —Eres tan tierna. —

Apenas me dio tiempo a volver a mirar su rostro cuando sus labios ya habían capturado los míos. El beso apasionado y salvaje iba subiendo nuestro pulso y nuestras temperatura, sus manos en mi cintura me atraían más había él, al igual que mi manos en sus cuello, lo atraían a él hacia mí. Como si pudiésemos estar más pegado de lo que ya estábamos.

No podíamos esconder la necesidad del uno por el otro, y tampoco lo intentábamos. Quería sus labios peleando con los míos, los fuegos artificiales encendidos en el interior de mi estomago, sus manos en mi cuerpo y las mías enredadas en su pelo pidiéndole más de lo que me daba.

Nuestros pulmones reclamaban aire, que le dimos separando nuestros labios, sin dejar de rozarlos, apenas uno segundos, y la guerra continuaba, salvaje, impiadosa y placentera.

—Creo que ya habéis tenido suficiente. —

Harry, a mi espalda junto a Natacha, reclamó mi atención. Zayn ya lo miraba cuando me permitió girar aun con sus manos en mis caderas. Me lancé a los brazos de Harry y él gustoso me recibió.

Besó mi mejilla mientras sujetaba mi cintura, lo has hecho genial dijo con su típica sonrisa iluminando su rostro. Le sonreí, beso mi frente, mientras mis delgados dedos jugaban con sus rizos bajos, no te has caído dijo, y dejé mi cabeza en su pecho mientras el acariciaba mi espalda.

Miré a Natacha una vez me separé de su nieto. Las dos nos sonreíamos, Harry también sonreía y Zayn nos contemplaba sin palabras como había estado haciendo desde que Harry y su abuela llegaron hasta nosotros.

—Eres toda una artista. Lo has hecho genial, Angie. —

Los dos miraron entonces a Zayn detrás de mí. Me giré y lo mire como ellos hacían, no se movía solo nos miraba.

—El es Zayn. — Se colocó junto a mí. —Y ellos, Natacha y Harry. —

Le dio dos besos a la pelirroja y la mano al de pelo rizado. Mientras las manos de Zayn y Harry estaban unidas Harry habló.

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