Capitulo 1: Elias Brown

164 4 6
                                    

Me levanto deprisa ya que me he quedado dormido, tener problemas para dormir y trabajar temprano es complicado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me levanto deprisa ya que me he quedado dormido, tener problemas para dormir y trabajar temprano es complicado.

¿Que no es complicado en tu vida?

Es verdad. ¡Mi vida es un desastre!

Hoy empieza otra semana de trabajó, ¿lo bueno? La paso bien trabajando. Es como desconectar de todo lo que pasa en casa o mi mente.

Me encierro en el baño y me preparo lo mas rapido que puedo. Cuando bajo las escaleras ya estan desayunando.

—Buenos días —saludo entrando en el comedor.

—Buenos días —como extraño el "buenos dias, mi amor" de mi madre.

¡Y si! Es toda la conversación que tenemos por las mañanas. Si no es que estamos peleando.

Agarro una tostada, las llaves y cuando estoy por salir, Delia me habla.

—Hoy van a venir tus tios —tantas degracias y recien estoy empezando el dia— ¿vienes a almorzar?

—No, tranquila. Me toca toda la tarde —en vacaciones trabajo todo el dia, ya que cuando iba a clases trabajaba medio turno.

Cuando empieze la universidad voy a elegir el turno de la mañana, es más comodo.

—No lo decia por eso —ni siquiera me puede mirar a los ojos— se van a quedar todo el día, quieras o no los vas a ver igual.

—Muero de ganas por verlos — murmuro— si eso era todo. Me voy, llego tarde

—Si... solo... cuídate —asiento— chau —ahora si se viene el fin del mundo, nunca la escuche decirme algo así.

Cuando salgo de casa, al mismo tiempo sale Édgar en el auto. Tranquilamente me podría alcanzar al trabajó, ¡pero vamos! Ni siguiera me dirige la mirada.

Me tomo el bus, ya voy como cinco minutos de retrasó, no creo que Emma —la dueña del restaurante—me diga algo.

A Emma la conoci por una amiga del instituto que es precisamente su hija, es una señora muy buena, la consideró como una segunda madre.

Cuando entro al restaurante, hay muy poca gente. Es entendible muchos deben de estar de vacaciones.

—Buenos días, Leoncito —ruedo los ojos— es  temprano, ¿ya estamos de mal humor?

—Buenos dias, Emm —me acerco abrazarla— sabes que no me gusta que me llames así —se ríe de mi mala cara.

—Cortate el cabello —me lo desparrama— pareces todo un león, ¡mira! hasta te puedo hacer una trenza.

Mi cabello está largo y para agregarle mas, lo tengo un poco rizado.

—Bueno, bueno —me sacudo como un gusano, nunca me gusto demasiado contacto— voy a trabajar, ¿ya llego Ale?

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora