Capitulo 25: Dashton Rice

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Me estiró tocando la cama y no siento al niño

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Me estiró tocando la cama y no siento al niño. Abro los ojos y si, el niño no esta.

Pase la mejor noche de mi maldita vida, dios me tiene embobado, juro que si me dice que me tire por el balcón, lo hago sin dudar. ¡Así de mal estoy!

Me levanto buscando con la mirada mi ropa, está toda desparramada en la esquina de la habitación. ¿Donde podría tener Elias la ropa? Es obvio que en el armario.

Asi te deja

Agarro un short deportivo, espero me entre, es mas pequeño que yo. Busco un cepillo demás en el baño -siempre hay cepillos demas- terminó de ducharme y voy hacia la sala

Lo veo sentado en el sofá perdido en su mundo, ¡es tan lindo!

—Mi hai lasciato solo a letto —le susurro besandole la mejilla— ¿que hacías? ¿Hace mucho te levantaste?

Niega— esperando que despertaras, envidio tu sueño —dice sonriente. 

—Espero no te moleste que agarre el pantalón y un cepillo —digo acordándome sobre sus piernas.

—Tu apartamento está a dos puerta —me acaricia el cabello.

—No quería salir desnudo —lo miro— puede andar la vecina por ahí.

—Ajam, la vecina. ¿Quieres desayunar?

—¿Tu entras ahí? —se encoje de hombros— ¿desayunaste ya? —tiene todo en la mesita.

—No, no tenía hambre. Te puedo preparar algo.

—Yo lo hago, si me dejas claro.

—No hay problema —cuando me estoy por levantar, me besa.

—¿Estas mejor? —asiente— quiero mas postre de anoche

Pone mala cara, le sonrió levantandome a preparar el desayuno.

Llevo el desayuno que habia y traigo algo nuevo.

—No vas a desayunar, aunque es hora del almuerzo casi —dice cuando ve que me quedé mirando la comida.

Asiento tomando una tostada con mermelada de fresa, le doy para que pruebe, le da un mordisco y se pasa la lengua por los labios, no puedo apartar la mirada.

—Rico —dice sin apartar los ojos de los míos, como el restó y le paso el vaso de jugo.

Estamos sentado ni muy lejos, ni tan cerca mirando una peli. Me asusto cuando comienza a sonar un celular, miro al niño y sonríe.

—¿Me lo pasas? —apunta hacia la mesa, se lo paso acostandome nuevamente en sus piernas.

—Hola, Bruno. Si, y ¿tú ? Nada, estaba con Dashton mirando una peli, ¿tú? —se da cuenta de que lo estoy mirando, porque me devuelve la mirada.

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora