Solo hay una cosa a lo que Elias Brown le teme; el abandonó.
A los quince años perdi la persona que mas amaba, y mi mente solo me repite una pregunta ¿para que seguir...? No logro encontrar la repuesta, ¿sere muy cobarde para hacer algo? ¿Que esper...
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Lo primero que veo cuando salgo es a Elias, con —quiero suponer— un amigo ¿Sera el de la llamada? Es un poco mas alto que el niño, tendrá unos veinte o un poco mas, pelo negro, y una cara que parece un modelo. Hago una mueca, Julian ríe.
—No te pongas celoso, no parece que este interesado en Elias —susurra lo miro con mala cara.
—¿Tantos amigos tiene? Vamos.
—No hagas una tonteria, nos va a matar.
—Sólo me voy a presentar —resopla y nos acercamos, lo saludo con mi mejor sonrisa presentandonos, veo como el niño se molesta. Juro que soy una persona muy educada, pero cuando se fue ni me moleste en saludarlo.
A eso se le llaman celos
Julian me deja sólo con el niño le agradezco. Lo llamo y se gira, esto que está haciendo no me gusta.
—¿Me estas jodiendo? ¿Por que me evitas? Pensé que estabamos bien.
—Estamos bien. No entiendo que quieres, no somos amigos para que te este saludando cada que te veo. ¿Es eso? No se como tengo que comportame cuando estas cerca.
—No quiero que lo seas. Pero no me gusta que me estés evitando, ¿te molesta que quiera hablarte?
—No. Ya no me molesta.
—No parece —murmuro, se acerca un poco mas, estamos tan cerca que puedo verle los ojos más brillantes que nunca.
—¿Que quieres que haga?
—Que seas tú; que no me evites cada vez que me cruzas.
—Este soy yo —niego
—Quiero el verdadero, con el que puedo hablar sin que este enfadado, el que me sonríe y no me mira como si me odiase.
Baja la mirada juegando con sus manos, está nervioso. Lo agarro con delicadeza de la barbilla y hago que me mire.
—No te pido mucho, ¿o si?
—Me cuesta bastante, solo me sale cuando estamos solos.
—Entiendo. No te quiero presionar, solo no me evites.
Suspira asientiendo, parece mas pequeño de lo que es. Me acerco rozandole los labios con los míos.
—Hablé con Bri, sabe que me gustas —murmuro sobre sus labios, estoy impresionado ¡no se alejó!— deberias de hablar con ella.
—¿Como lo tomo? —se separa un poco mirandome.
—¿Te da miedo lo que pueda decir? —asiente— debirias de saber que te va apoyar en cualquier cosa.
—Lo se. Pero no me gustaría perder nuestra amistad, por esto... ¡ni se como llamarlo!
