Capitulo 34: Elias Brown

46 0 0
                                    

Despierto antes de que suene la alarma, sigo recostado con los ojos cerrados, no tengo ganas de levantarme para nada y menos al saber que tengo que ver a Julian

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Despierto antes de que suene la alarma, sigo recostado con los ojos cerrados, no tengo ganas de levantarme para nada y menos al saber que tengo que ver a Julian.

Estoy nervioso

Ya es costumbre despertar enredado en Dashton, desde que le dije que me gustaría verlo cada que despierto, no hay un dia que no sea así.

Estoy encima de Dash siento como deja besos húmedos, en mis hombros y cuello.

—Dash, la Universidad —levanto la mirada y está sonriendo— no quiero llegar tarde... otra vez.

Nuestros horarios no coinciden mucho, nos vemos en la mañana y para la hora de la cena (es algo que si o si hacemos juntos, cenar) y algunas veces en las tardes.

Me gira quedando encima mío y comienza a besarme nuevamente.

—Da-dash —suspiro cuando baja, dejando un camino de besos.

—¿Uhm? Anoche estabas muy cansado, niño

—Y hoy... hoy estoy apurado.

—¿Muy? —asiento incapaz de decir nada— está bien, lo dejamos pa...

Lo interrumpo besandolo, sonríe.

—Debrias levantarte, es tarde.

—Ten-tenemos ti-tiempo —balbuceo, es que es una maravilla cada que estoy con Dash.

—Creí que dijis...

Lo corto, sólo lo hace para molestarme.

Terminamos haciéndolo en la cama... en la ducha. Es imposible resistirse a esa sonrisa.

—¿No vas muy retrasado? —lo miro con una ceja arqueada.

—Envidio que tengas clases en la tarde —termino de vestirme, me seco el cabello

—¿No se te olvida algo...? —tengo todo conmigo, se me acerca y me es imposible bajar la vista a su abdomen desnudo.

—¡La mochila! Que tonto —sonríe basándome.

—Claro, la mochila —lo atraigo más a mi profundizando el beso

—Voy almorzar con Julian —me acaricia la mejilla dulcemente y sonríe— nos vemos a la noche.

—Espero que puedan solucionar las diferencias, cualquier cosa me llamas, ¿si?

Asiento y salgo, llegue una hora y media retrasado.

Un récord

—Llega tarde y no presta atención en clases, señor Brown —levanto la mirada y toda la clase está mirandome. Nunca senti tanta vergüenza

—Lo siento —murmuro

Cuando voy saliendo me encuentro con Agus.

—¡Bomboncito! ¿Vamos almorzar?

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora