Capítulo 2: Elias Brown

146 3 0
                                    

¡Mierda! Casi tiro todo del susto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Mierda! Casi tiro todo del susto.

Con el grito que pegué se dio la vuelta y me dio una sonrisa de disculpa, por el grito o por mi cara de espanto -quiero creer que fue por la primera- es un chico mas alto que yo, tendrá unos veinte o veintiúno como mucho, de cabello castaño oscuro,ojos grises, mandíbula bien marcada y una sonrisa muy bella.

-¿Necesitas algo? -directo y sin rodeos.

-¡Uy! Que modales -sigo con mi camino- ¿Y tú eres...?

Lo miro y sigue en el mismo lugar que hace un rato, no movio ni un músculo.

-No te importa -veo que se ríe, ¿que es lo gracioso?

-Pero que niño mas maleducado, eso que me dijeron que eras así y yo no lo creia - cuando quiero subir el segundo escalón algo me lo impide o alguien- mi nom...

-No me importa -miro la mano que me sujeta el brazo y me suelta, sonrio- ni como te llamas, ni quien eres.

¡Y otra vez me detiene! En un desequilibrio me tira la botella al suelo. ¿Que carajos le pasa?

Yo también quiero saber.

Aparece Édgar, ¡bingo! Lo que me faltaba. Esto cada vez se pone mejor. Me agacho a recoger la botella, cuando me levanto lo tengo enfrente.

-Creo haberte dicho que no causaras problemas -paso por su lado para ir a la cocina y me agarra con fuerza el brazo-¿me escuchas?

Me suelto de manera brusca y veo por el rabillo del ojo como el chico esta nervioso.

¿En serio? Recien parecia estar divirtiéndose.

-Lo siento señor fue mi cul... -lo corto.

-Solo se me cayó la botella -la levanto y le sonrió- ¿eso es causar problemas? Porque tenemos distintos conceptos.

-No te hagas el tonto, Elias -suelto una risa y salgo para la cocina.

Estoy reponiendo el agua y escucho como el chico le explica algo, la verdad no me interesa. Cuando vuelvo siguen los dos parados en el mismo lugar, ¡dios que fastidió! Voy directo a mi habitación en lo que ecucho:

-No se preocupe, su nieto me puede enseñar donde queda -veo a mi abuelo asentir no muy convencido- ¿cierto? -bufo. Édgar sale hacia el patio trasero, subo las escaleras y se me pone delante tapandome el paso.

¡Le voy a pegar!

Quiero verlo.

-¿Que quierés? -otra vez la sonrisa esa- hace rato no parecias muy divertido -hace una mueca, ahora sonrio yo.

-Solo necesito saber donde queda la habitación de Julian -no lo creo, todo para eso.

-Por si no lo sabías, no estas en una mansión -le echa un vistazo a la casa- Édgar tranquilamente te podria haber dado la indicación.

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora