Capitulo 13: Elias Brown

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Me remuevo cuando siento el colchón un tanto raro, miro hacia abajo y cuando lo veo, pego un salto y salgo de la cama

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Me remuevo cuando siento el colchón un tanto raro, miro hacia abajo y cuando lo veo, pego un salto y salgo de la cama. Dash se hace el dormido, hasta que suelta una carcajada.

No se si estaba dormido —claramente si— que empiezo a vestirme para irme, pero es demasiado temprano. Cuando se da la vuelta, me quedo mirandolo y al rato me acuesto de nuevo bien alejado.

¡Dormí abrazado al poste!

Me despierto de golpe cuando alguien toca la puerta. Sabrina me dice que baje a desayunar, como veo que el poste esta durmiendo plácidamente, no lo despierto.

Me preparo sin hacer ruido y bajo.

—¡Buenos días! —me saluda Caro— espero hayas dormido bien.

Más que bueno diria.

Es muy temprano para pensar tonterías.

—Buenos días, Caro —me siento cerca de Bri— Buenos días, bella. Dormi muy bien. Gracias.

—¿Seguro? —se le ve preocupada.

—Si. Seguro —le sonrío para que se quede tranquila— ya le confirme a Bruno, quedamos de vernos en el bar.

—¡Ah si! Mamá hoy voy a salir —eso no sono a pregunta— ¿o también le tengo que pedir permiso a Dashton? — suelto una risa discreta.

Esta claro que sigue enojada.

—Solo estaba preocupado de que pasara algo —me mira y ríe— sin ofender Eli. Sabes como se ponen los hermanos.

—Esta bien —murmuro y Sabrina rueda los ojos.

—Es un tonto —la mira seria— ¿que?

—Estaba preocupado —le toco la pierna para que no diga una tonteria.

—¿De Elias? ¿En serio? 

—No lo conocia. No va a volver a pasar, te pido discupa nuevamente Eli

—No pasa nada. —veo como Sabrina se molesta cada vez más.

—¡Deja de decir eso, Elías! Mi hermano no tenia ningún derecho de hacer eso.

La entiendo, sabe como me afecta todo esto, con lo del insomnio y este constante vaiven de emociones podria haber reacionado de cualquier manera.

—Estoy bien, en serio. No paso nada —me mira— tranquila, ¿si?

—¿Que pasa? —miro a Caro y niego

—Nada mama. Nada —sale de la cocina casi sin desayunar.

—Esta bien, solo se preocupa de más —asiente distraidamente y lo agradezco, ya que se me empezaba a nublar la vista por las lágrimas odio estos cambios de humor, le sonrió como puedo y terminamos de desayunar.

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