Capitulo 7: Dashton Rice

137 3 1
                                    

No termino de asimilar la pelea, eso fue muy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No termino de asimilar la pelea, eso fue muy... no hay palabra para describirlo.

No conosco la situación, pero no creo que Elías tenga la culpa de algo así. Y no digo que su abuelo si. Solo es algo que paso.

Julian se acerca a su abuelo, que se sienta en unos de los sofas. Esta perdido en sus pensamientos, es obvio que no es la primera vez que pelean, pero si fue una pelea fuerte, por como quedo cada uno.
Delia no para de llorar y tanto Julián como yo, no sabemos que hacer. Le traigo un vaso de agua, lo agarra con las manos temblorosas. Me separo un poco para darles privacidad, aunque escuche bastante.

-Ve a buscar a Elias, no quiero que haga una locura -escuche decir a Delia preocupada- Juli por favor, yo atiendo a tu abuelo.

Édgar la mira molesto y ella le devolvió la mirada seria.

-Que lo haga -dice- no lo quiero ver nunca más.

-Yo voy. No se preocupe, señora -Juli me mira agradecido y Édgar serio. ¡Vamos! ¿Se va a enoja conmigo señor? No lo creo, su nieto puede hacer una locura (no quiero pensar que clase de locura es) y el enojado.

-Te aviso cualquier cosa, ¡adios!

Salgo de la casa y no lo veo por ningún lado, ¿donde busco? Mierda, salgo para la derecha sigo caminando hasta que reconosco las calles, dios me debe querer mucho, porque lo veo a unos metros entrando a mi... ¿edifico? Bueno, no mio literalmente, donde vivo yo. Sera que... ¿vivira su novia acá? O un ¿amigo? Llego lo mas rapido que puedo al elevador, lo veo tambalearse, ¡Que carajos! No me da tiempo ni a procesar, cuando ya lo tengo sujeto de la cintura.

¡Admiren al nuevo flash!

Lo tengo arrinconado contra la pared del elevador y mi cuerpo -se podria mal pensar eso- no sean sucios.

¡La cuestión es que no se desmayo!

-¿Estas bien? -levanta la cabeza, lo unico que veo es tristeza- no me gusta que me ignores, niño

Me mira directo a los ojos y asiente. Me le quedo viendo, tiene las mejillas coloradas y llenas de lagrimas, los labios muy rojos de tantos morderselos, no puedo -ni quiero- apartar la mirada y niega con la cabeza, ¿sera a mi pregunta de recien? No lo se, me sorprende cuando apoya su frente en mi pecho, solo espero que no escuche mis latidos.

Cuando se abre el elevador, bajamos en mi piso, no recuerdo haber apretado el botón. Quiere salir pero no se puede mantener de pie, paso mi brazo por sus hombros y el me gia -debe de estar mal para no zafarse de mi- pasamos por una puerta y se detiene.

-¿Quien vive aquí? -no me contesta- ¿Elias?

-Te sabes mi nombre- susurra bajito, es lo único que dice.

Abre y cuando veo que va a cerrar la puerta me meto, ¡casi pierdo la mano! Por poco. Me quedo parado mirando todo y me doy cuenta de algo:

-No hay muebles -digo, ¡porque no los hay!

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora