Capitulo 14: Dashton Rice

120 0 0
                                    

Me siento junto a el, cuando pasan los segundos y veo que no se aparta, me sorprendo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me siento junto a el, cuando pasan los segundos y veo que no se aparta, me sorprendo. Todavía sigue hablando con su disque "amigo" me dan ganas de tirarle el celular a la mierda.

—Si que me alegra —dice y para estar alegre no se le nota mucho— pero no me gusta que hagas estas cosas, menos por mi.

Como veo que esto va para rato me levanto, agarro mis cosas metiendome en el baño.

Cuando salgo siguen hablando, ¿tanto tenian que decirse?

—¡Después hablamos! Yo también. —veo que sonríe al celular, ruedo los ojos.

—¿Te metí en problemas? —se recarga sobre sus brazos mirandome.

—Mmm... no. Y no deberias atender llamadas ajenas.

—Me desperto el ruido. Muy insistente, ¿eh?

—Se preocupa.

—¡Claro! Hay que cuidar al nene —veo que se pone serio dejándose caer de nuevo en la cama— primero Bri y ahora este.

—Agustin —murmura.

—Agustin —repito— ¿estas bien? —suspira asintiendo.

Me coloco perfume, cuando estoy por salir, voy hacia la cama agachandome al costados la cama, y le susurro:

—Que tengas un lindo día, niño —da vuelta la cara y estamos a nada de rozarnos la nariz.

Me sonríe y me es imposible apartar la mirada de sus ojos.

—Igualmente, Dash. —aunque este sonriendo, noto que algo no anda bien.

Lo miro una ultima vez levantándome, voy al cuarto de Bri —escuche el portazo que dio— creo que sigue enojada. Toco un par de veces, pero no contesta.

—¿Puedo pasar? —esta sentada en su cama con el ceño fruncido— ¿Bri?

—Ya estas adentro —suspiro, esto va ser complicado.

—No me digas que te estas quedando ciega, porque no estoy dentro.

—No estoy de humor.

—Esta bien, esta bien —entro cerrando suavemente— queria pedirte disculpa por lo de anoche.

—No me alcanza tus disculpas —me mira y se para— se que estabas "preocupado" o como quieras llamarlo, porque no lo conoces, pero no te metas con Elias.

—No lo hice con mala intención —suspira—en serio, ¿que pasa que lo cuidas tanto?

—No es algo que tengas que saber. Solo te pido que no lo molestes.

—No lo voy a volver hacer —asiente— ni a mi me defiendes así, estoy celoso.

Rueda los ojos sonríendo, la abrazo.

A Tu LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora