5 Preguntas sin respuestas.

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¿Desde cuando eres un flamenco?

¿A qué te refieres Sof?

A lo que escribió Anthony en tú post.

Siendo sincera, no tengo idea. En la tarde le pregunto. Me lo topé mientras corría, pero no quise preguntar.

¿No habías dicho que salía una hora después de ti?

Si, bueno, no puedo controlar lo que hace. Actúa extraño últimamente, pero no me incumbe.

No, pero me intriga y eres la única que puede darme respuestas a lo que sucede en tu novela.

Oye, no veas mi vida como una novela. Solo te encanta el chisme.

O sea sí, pero también me importa lo que pase con tus sentimientos y él.

Bueno no pasa nada, y deja de reírte. Gutiérrez nos va a regañar.

El hombre apenas puede con la materia, no nos va a regañar.

***

Sof era intensa cuando no podía responder sus preguntas. Pero yo ni siquiera tenía las respuestas a las mías y por lo visto Anthony no pretendía decir nada, él era ese tipo de chico. Podía preguntarle a la víbora, pero capaz y me dice que lo averigüe sola.

—Oye, me topé a Anthony trotando y dijo 'nos vemos en la tarde' ¿Van a salir? —le pregunté a Miguel.

—¿Hoy lunes? Déjame reviso los chats. —se quedó unos minutos viendo el celular con cara de enfado o de no entender una mierda. —Sí, vamos a ir a buscar unos papeles del trabajo al que aplicó.

—¿Aplicó a un trabajo? ¿Y por qué vas tú con él? ¿No puede ir solo? –Le dije

—Oye haces muchas preguntas y te vuelves pesada. –No me sacaría de dudas.

—Vale, ya no pregunto nada. -Mierda, tenía que ser como Anthony.

—Sí, aplicó a un trabajo como asistente de una cosa extraña, tiene que ver con deportes, no le presté atención. Voy con él porque tengo que buscar un regalo para Vi y eso me ahorra gasolina.

—¿Regalo para Vi? Entonces vas en serio ahora. –Miguel enamorado era una faceta agradable.

—Siempre fui en serio, hermanita

Me gustaba ver a Miguel feliz, en especial cuando hablaba de Vi. Se le iluminaban los ojos como idiota y me reía con Anthony cada vez que nos contaba que la había visto o que habían hablado. Vi lo tenía idiota, más de lo que ya era y eso es muy muy idiota.

—¿Se puede?

—Pase. —Estaba haciendo un trabajo de historia cuando me sorprendió quien toco a la puerta, esa voz que me mareaba y me hacía sonar idiota. Anthony.

—Cierra los ojos y no los abras hasta que te diga. —Me dijo mientras abría la puerta.

—¿Por qué? —Le pregunté.

—¿Confías en mí? Por mi bien mental, espero digas que sí.

—Obvio confío en ti. —¿Qué tenía que ver la confianza con esto?

—Entonces, cierra los ojos.

Esta vez hice caso, con un poco de miedo a que hiciera una de sus bromas extrañas y pesadas.

—Ábrelos. –Frente a mi había un regalo, estaba envuelto en un papel beige con chocolate muy lindo. ¿Por qué me daría un regalo? ¿Qué estamos celebrando?

—¿Qué es? —Me daba mucha ilusión y estaba bastante rojo de la vergüenza.

—Ábrelo y sabrás qué es.

—Wow, no me digas. Eres un genio. —Me reí y empecé a abrir el regalo. Estaré loca por mi manera de abrir los regalos, pero no me gustaba romper el envoltorio. Quitaba tape a tape con mucho cuidado de no romper el papel o desprender el diseño.

—Me estas causando estrés, ábrelo de una vez. —Dijo

—Ya va, el papel es importante. La persona se esmera envolviéndolo y para que quede lindo y uno solo lo rompe. —Suena raro pero lo he hecho desde siempre así que la verdad no me importaba.

—Eres rara ¿Alguna vez te lo dijeron? —Me dijo con un tono sarcástico.

—Sí, una que otra vez... ¡No puede ser! ¿Estás de broma? —Llevaba alrededor de dos meses buscando el primer libro de la saga de 'Los Bridgerton' y ninguna librería lo tenía. Y estaban los dos primeros frente a mí.

—Hace unos meses subiste a tus historias que lo querías y Miguel me dijo que no lo encontrabas, así que lo pedí en línea y rogaba porque no los encontraras antes de que me llegaran. Aproveche y fui hoy por ellos.

Salí corriendo a abrazarlo, estaba muy feliz y muy conmovida por este regalo. Creo que es uno de los mejores regalos que me han dado y tiene un gran valor sentimental que me haya dicho el por qué lo compró.

—¡Dios! Eres el mejor.

—Ya lo sé, me gusta verte feliz y los libros te hacen feliz. Aunque te he visto llorar por muchos. —Dijo mirando mi estantería.

—Es que ¿Cómo pueden escribir cosas tan tristes? –Recordé todos los libros por los que llore.

—La vida es triste y los libros necesitan a veces la cruda realidad y no un cuento de hadas. –Dijo con un tono sincero y triste.

—La vida es triste solo si quieres que lo sea. –Le dije.

—Ojalá pudiera ser tan optimista como tú, pero no soy así. –me dijo.

—No siempre fui así, ¿Sabes? Antes era muy retraída y me daba miedo mostrarme como soy, pensaba que me iban a rechazar o tratar mal. Veía la vida como una mierda y dudaba de mi existencia.

—¿Qué te hizo cambiar? —Pregunto en el mismo tono triste y sincero.

—Me atrevería decir que los libros que leo, pero es mentira. O sea sí, muchas de las historias que leí, me dieron darme cuenta que la vida es solo una y debo ser quien soy antes de que sea muy tarde. –Dije.

—¿Pero?

—Una vez, mi abuelita me dijo que no importa a cuantas veces pueda ser rechazada, solo siendo yo podré ser feliz; las máscaras siempre se caen y la verdadera identidad termina por salir. Las personas prefieren gente sincera a sus lados, aunque tu verdad no es la misma que la de otros. Luego conocí a Sof y me demostró que todo eso era cierto.

—¿A qué te refieres con 'verdad'? —Dijo confundido.

—Sabes eso que dicen 'soy muy honesto y por eso caigo mal'. —Asintió — Bueno, es una puta mentira. Tu honestidad no sirve de nada cuando hace sentir mal a una persona. Tal vez si hablamos de una situación en la que sabes que alguien está tomando una mala decisión y necesitas decirle la verdad por muy mierda que sea, porque es tu amigo y quieres lo mejor para él o ella, está bien. Pero cuando solo quieres decir 'la verdad' para herir a la persona, mejor resérvatelo; no sabes cómo puede impactar en la persona o cuánto daño le puedes causar.

Nos quedamos un rato en mi habitación hablando de libros y luego mamá nos llamó para cenar, me encantaba cuando Anthony se quedaba para la cena. En mi casa nunca comían en la mesa al menos que fuese algo importante y cuando el estaba siempre nos semtabamos a la mesa.

¿Lo prometes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora