¿Lo prometes?

20 Nunca estás sola

—¿Cómo sigues? —Miré a Sof que seguía con los ojos rojos de tanto llorar.

—Creo que solo fue el susto de estar sola en la calle de nuevo. —me dijo.

Hace un par de años, cuando íbamos presencial a la escuela, un hombre intento pasarse con Sof en la parada de autobús, ella solo tenía 15 años en ese momento. Tuvo que ir al psicólogo de la escuela para poder superar ese evento, anoche lo había olvidado por completo. Ahora tiene sentido que estuviera tan mal.

—Hola Via. —no había visto que Damián estaba aquí.

—Hola ¿Cómo estás? —Damián parecía buen chico, no he convivido con él como para saber si trata bien a Sof, pero me agradaba.

—Bien ¿Y tú? —me preguntó.

—Bien, me alegro mucho. —le dije. Miré a Sof tratando de entender cómo había llegado tan rápido, solo habían pasado unos 40 minutos.

—Damián llegó hace un momento, me llamó y estaba llorando y bueno, ya sabes —dijo Sof sentándose en la cama.

—¿Te quedas a dormir?

—No, ya me iba. Creo que Sof estará mejor contigo. —me dijo dándole un abrazo a Sof.

—Es muy tierno. Solo llevamos una o dos semanas hablando y me agrada estar con él, es gracioso y muy atento conmigo. —me dijo.

—¿Tus padres que dijeron cuando llegó? —me causaba curiosidad saber la reacción de los señores Funes.

—Al principio se sorprendieron, luego mi papá lo tomo algo bien, bastante bien a decir verdad. Cree que fue un lindo gesto haber venido hasta aquí para saber cómo estaba. —me dijo —¿Qué hacías con Anthony?

No sé si debo distraerla con mis cosas o preguntarle cómo esta, estoy confundida.

—Sof te voy a matar, lo juro. —le dije finalmente tratando de no agobiarla.

—¿Qué pasó? —Estaba triste pero que Sof estuviera bien era lo primordial y la sed de chisme la reconforta.

—Anthony me llevó a conocer su nuevo apartamento. Estábamos recorriendo la casa y no sé qué pasó y nos comenzamos a besar y...

—¡Qué! ¿Por qué tuve que interrumpir eso? —dijo desilusionada.

—Te juro que sí quería que pasara algo, pero llamaste y me asusté mucho. Anthony me llevó contigo y bueno, no pasó nada. —le dije —No te sientas mal el destino no quiere que suceda nada entre nosotros aún.

—Han sido interrumpidos dos veces. -dijo tratando de no reírse.

—Solo es una vez y tú vas antes del sexo. -le dije

—Cuando fuimos a Santiago, Miguel los interrumpió. -dijo

—Esa noche no iba a pasar nada ni aunque quisiera. Estábamos al lado tuyo y mis padres estaban en la casa. —le dije.

—Buen punto. —se rió —¿Puedo preguntar algo?

—Igual lo harás

—¿Cómo te sentiste? —la miré tratando de entender la pregunta —O sea ¿Por qué con él sí?

—Es extraño. Él me hace sentir segura, me pidió permiso para tocarme, incluso pidió perdón por lo que pasó porque pensó que yo no quería hacer nada.

—¿Te pidió perdón? —Me interrumpió.

—Perdón como tal, no. Más bien dijo que si no quería hacer nada solo tenía que decirlo. Pero si pidió perdón cuando estuvimos en Santiago y no lo sé, con él las cosas solo fluyen y...