—Miguel es lunes, no día de limpieza. –Miguel le subió el volumen al radio y estaba escuchando a Juan Gabriel y a Marco Antonio Solís. Mi hermano tenía una señora por dentro aunque no lo aceptaba.
—¿Y eso qué? Somos un país tercermundista de Latinoamérica aquí no se escucha música clásica, aquí escuchamos cultura e himnos. –Comenzó a cantar 'Así fue'.
Miguel y yo no compartíamos gustos musicales. A él le encantaban los artistas viejos que cantaban balada en español, se sabía todas sus canciones y las ponía todo el tiempo en la casa; a mí me gustaba el rock viejo en inglés y español.
—¿Vamos a limpiar un lunes? –Preguntó papá riéndose.
—No es tan mala idea, la verdad hace mucho no hacemos una limpieza profunda en la casa. –Dijo mamá con su mirada de "siempre limpio yo y ustedes no ayudan en nada".
—Bueno, hora de limpiar dijo Miguel buscando la escoba y el recogedor. –Me miraba con cara de victoria gritando 'Hasta que te conocí'.
Mamá nos hizo sacar ropa, zapatos, adornos y cosas que no usábamos hace un año.
—Sí no lo han usado en un año se va. –Dijo en el pasillo mirando a todos.
_Bueno, se van los zapatos de flores. No los usas hace dos años, amor. –Le dijo mi papá.
—¡No! Esos se quedan dónde están, estoy esperando el momento adecuado para usarlos. –le dijo quitándole los zapatos de la mano.
—Se van los platos de plástico, no los usamos desde que éramos niños, no tiene sentido que sigan aquí. –Le dijo Miguel tirándolos en la basura.
—¡No! Sabes los recuerdos que tienen esos platos para mí. Recuerdo que sacaban toda la comida de ellos y la tiraban en la mesita de comer. Miguel se molestaba mucho si le daba su plato a Via. Compramos un tercero plato para Anthony. –Mamá los sacó de la basura y los abrazó como si fuesen la última cosa que vería hoy.
—Mamá, si sigues sacando las cosas de la basura, nunca haremos la "limpieza profunda". –Esa era mi mamá, quería deshacerse de todo pero a la vez de nada, hacia eso todo el tiempo y me causaba muchísima gracia.
—Solo sacaremos lo que no usamos y lo que no tiene un valor sentimental. –Dijo botando unos platos de flores muy feos, no sé para qué los compró si no son su estilo.
Unas 5 horas después había 7 bolsas repletas de cosas. Ropa, adornos, algunos sí eran basura.
—No botaremos nada. Iremos a un orfanato a dejar estas cosas, la ropa está en buen estado y la puede usar alguien. Los platos y vasos también los pueden usar. Los adornos no tanto pero de algo les servirá. –Dijo mamá, ella se rehusaba a botar las cosas, así que las regalaba.
—Bueno, averiguaremos si aún aceptan esto y los llevaremos el fin de semana. –Dijo mi papá –Pero tienes que seleccionar bien la ropa, no puedes darles algo que este roto o manchado.
Al final hubo un cartucho pequeño de ropa que estaba cortada, manchada o simplemente no tenía un aspecto lindo. Mamá tiró algunos a la basura y otros los utilizo de toallas para limpiar los muebles. ¿Muy de madre latina? Sí.
Sacamos dos cartuchos de basura. Entre recortes de plantas, polvo, trapos viejos y papeles.
—Los papeles déjalos en una bolsa aparte. Vi recicla los papeles y plástico así que se los puedo llevar. –Dijo Miguel.
Mi familia era algo extraña en el buen sentido; desde que era pequeña recuerdo que mis padres nos hacían sacar ropa para donarla, a veces reciclábamos las cosas y las llevábamos a centros de acopio, a mi mamá le gustaba hacer un supermercado extra para llevarlo a un asilo cerca de casa y era voluntaria, pasaba los fines de semana con los señores. Aunque por la pandemia solo dejaba la comida y regresaba.
Papá nos dijo siempre "si tienes más que otros ayúdalos, mañana a ti te puede faltar y necesitarás la ayuda que le brindaste a otros". Era algo como "ayuda para que el universo o Dios te devuelva los favores en algún momento de la vida". No me queda claro si es solidaridad o miedo.
—¡Hola! –Dijo Sof tocando la puerta _¿Nos mudamos o sacamos cosas?
—Limpieza profunda. –Le contestó mamá
—¿Puedo ayudar? –Preguntó Sof.
—Ya acabamos, solo estamos terminando de poner todo en bolsa. –Le dije mostrándole la ropa que estaba guardando.
—Vale. Venía a pasar el rato, mis padres no están en la casa y quería hablar con alguien. –Me dijo.
—Ayúdame a doblar esta ropa y nos vamos a mi habitación. –Le dije.
—Esta camisa me gusta. ¿Me la puedo quedar? –Me dijo sacando la camisa del cartucho.
—Sí, si te queda grande me la traes y le agarro unas pinzas a los lados. –Le dijo mamá.
Estando en mi habitación Sof estaba tirada en el piso.
—Me vas a contar que sucedió en realidad con Anthony. –Me dijo, ella sabía cuándo mentía, más ahora que nos veíamos a menudo.
—Yo también quiero saber qué sucedió. Anthony cambió mucho estas semanas. –Entró Miguel la habitación y se sentó junto a Sof.
Les terminé contando todo. Traté de no darles detalles de lo que realmente pasó pero ellos ya se imaginaban esos detalles.
—¿Cómo qué "me llamas la atención"? –Dijo Miguel un poco alto.
—No sé, estoy muy confundida. Todo pasó muy rápido; la película, el beso, luego lo que pasó en la tienda de Don Manuel y luego esa noche ¿Por qué es tan impredecible? —Dije
—Es Anthony ¿Cuándo ha sido predecible? —Dijo Sof. —No olvidemos leer el libro y los regalos que te ha hecho. —No les conté lo que pasó cuando se quedó a dormir en la casa o cuando dormimos abrazados.
—Nunca es predecible. Por eso es Anthony. —Dijo Miguel.
—¿Qué harás ahora? —Preguntó Sof
—No sé ¿Qué puedo hacer? –Les dije. –No es un secreto que me gusta y por Miguel, él ya lo sabe. Me gusta hablar con él y conocerlo; pero me da miedo que no funcione.
—¿Y si hablan? La comunicación es la base de una relación. O era el interés, no importa. –Dijo Miguel
—No tenemos una relación, no tenemos nada, solo es extraño. Me dijo que tenía que asegurarse de que lo quisiera antes de contarme la verdad ¿A qué coño se refiere? –Miré a Miguel
—HÁ-BLA-BLO. –Dijo Sof.
_No soy la persona correcta para decirte qué sucede con Anthony. Me gusta quién es y cómo ha cambiado en este mes por ti, le haces bien y él te hace feliz; pero es su relación aunque no sea nada oficial todavía, deben hablarlo los dos, sin terceros o cuartos. –Miguel era bueno dando consejos amorosos y tenía razón, no lo podía meter en esto solo porque quería saber la verdad.
—Lo sé, pero es Anthony, te aseguro que no dirá nada. Siempre es cerrado con lo que le pasa y le cuesta abrirse. –Le dije mientras me acostaba en el piso.
—Inténtalo, tal vez no sea tan cerrado cómo crees. –Dijo Sof.
—Enana, Anthony ha leído libros solo para hablar contigo, arregló su playlist para que escucharan las mismas canciones en el viaje a Santiago, acabas de decir que comió takis por ti y nunca antes había subido fotos a Instagram con una chica y te subió el día de tu cumpleaños. –Me miró riéndose. –Has cambiado a Anthony en menos de un mes. No lo fuerces a contarte cosas, él se abrirá cuando crea que es necesario.
Sí tenían razón. Si algo he aprendido es a no forzar a las personas a decirte lo que sienten porque no sale bien. Tenía que hablar con Anthony y él me dirá todo cuando se sienta listo.
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¿Lo prometes?
RomanceSilvia siempre estuvo enamorada de Anthony, el mejor amigo de su hermano. Sus amigos harán lo imposible para que ellos salgan y se den cuenta de su conexión. Entre ellos tratan de ayudarse para salir o controlar sus problemas, mientras se conocen u...