El principio

-22-

No podía creer que me reía cuando en las películas veía a un personaje diciendo sus últimas palabras... pero esta vez me tocó a mí decir las mías.

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La suave brisa se sentía en mi cara, como cada cabello se movía al ritmo de esta. Sentía como mi corazón cada vez iba sanando más, tenía que hacerlo por sí mismo, ya que la dueña de este ya no estaba a mi lado

Podía ver como cada vez se iba haciendo más oscuro el cielo, como los últimos rayos de sol iban desapareciendo a través de las siluetas de los cerros que nos rodean <solo quiero que podamos ver esto juntas, mi amor.>  mi cerebro repetía constantemente esa frase. Como extraño tenerla cerca, poder sentir su presencia que hace que mi cuerpo se vuelva vulnerable ante ella, que cada vello de mi cuerpo se erice al escuchar su voz o respiración.

Ya han pasado tres meses desde el incidente, aún no se halla al él o la culpable, pero yo ya tengo mis sospechas de quien fue.

Cada vez que voy a ver a Wilhemina le llevo flores violetas, en específico las que están en la pileta, sé que a ella le encantan. Dejo las flores en un recipiente con agua para que no se marchiten tan luego y solo me digno a ver en donde ella se encuentra. Jamás pensé que la vería aquí, ella no merece estar aquí, ella merece estar a mi lado, tomar mi mano cada vez que tiene la oportunidad, besar mis labios cuando llega el atardecer, hacer el amor hasta el amanecer, pero ella está aquí…

Siempre es la misma rutina, levantarme, llorar, ir a clases e ir a verla. Esta rutina me mata lentamente, Sandra dice que debo dejar de ir a verla, que me hace peor, pero no hago caso y lo sigo haciendo.

Sé que Wilhemina no era la mejor persona, lo sé… pero ella era mi amor y siempre lo seguirá siendo. Solo pienso en cómo sería nuestra vida, ¿tendríamos hijos? ¿Viviríamos juntas? No lo sé.

Me alejé de Sarah al enterarme de que ella y Lucy tenían una aventura y un plan que era alejar a Wilhemina de mí, y así Lucy se quedara con Wilhemina y yo con Sarah. Yo creo que lo lograron… bueno, Sarah lo logro al provocar el incendio y alejarme de Wilhemina.

S: ¿La irás a ver de nuevo? – Dijo Sandra asomándose desde la puerta.

E: Si. – Probablemente, ella me lo impediría de nuevo. – Déjame pasar.- Ella se interpuso para que no saliera.- Por favor.

S: Ya te lo he dicho antes, ya no irás a verla. – Los ojos de Sandra se veían cristalizados, ella debió ver en el estado que me encontraba.

E: Por favor Sandra, te lo ruego.- Lágrimas se formaron en mis ojos y amenazaban con salir.- Tengo que ir a verla, la extraño.

S: Sé que la extrañas, pero ir a ese lugar no te hace bien.

E: ¿Y qué sabes tú lo que me hace bien o no? ¡Déjame salir! – Ella me agarró de los brazos y los puso detrás de mí.

S: ¡Ya basta! ¡Yo sé lo que es mejor para ti!

E: ¡No sabes una mierda! – Su agarre se hizo más fuerte y ya me estaba lastimando.- ¡Suéltame! ¡Me haces daño!

S: Lo_ siento… - Me vi los brazos y estaban un tanto rojos. –Lo siento, no fue mi intensión.

E: Va a ser la última vez que te lo pido, déjame salir. – Se apartó y yo pude salir.

Llevaba mi violín, sé que a ella le encanta escuchar el sonido de este. Como cerraba los ojos al escuchar una melodía y  se dejaba llevar al ritmo de esta.

E: Hola mi amor, te extraño cada día más que el anterior.- Lágrimas amenazaban con salir de mis ojos, pero tomé el valor suficiente para que no sucediera.

The Second Waltz  sonaba  y retumbaba a través de las paredes, sé que a ella le gusta esta canción.

Sus signos vitales estaban bien, pero ella estaba en coma y no creo que vaya a despertar…

Esta será la última canción que tocaré y le pediré a las enfermeras que la desconecten.

Cada vez que el violín suena las imágenes de Wilhemina y yo bailando esta canción en nuestra boda aparecen sin permiso en mi mente.

Las lágrimas caen, pero no dejo de tocar, lo hago con la máxima pasión posible para que su muerte sea lo más en paz.

Y mi violín deja de sonar. Llegó el momento que menos quiero… La despedida.

E: Mi querido amor, desde que te vi no puedo negar que me enamoraste. Entraste a mi corazón sin permiso alguno y te quedaste ahí por siempre. Ese lugar siempre será tuyo, nadie más lo ocupará. Lamento no haber escuchado tus palabras al decirme a Sarah no era una blanca paloma, de eso me di cuenta demasiado tarde. Ahora solo espero que podamos encontrarnos en otra vida y ser felices como lo merecemos. Sabes que no soy buena con las palabras, pero sabes que te amo y siempre te amaré. Jamás te olvidaré amor mío. – Lágrimas cayeron por mi rostro y no quise detenerlas, ella se iba  a ir, pero yo iría detrás de ella. - ¡Enfermera!

En: Dígame.

E: Es el momento. – La enfermera asintió y se colocó al otro extremo de Wilhemina. Me acerqué a los labios de Wilhemina para besarlos por última vez. – Te amo.

El movimiento de alguien llamó la atención de la enfermera y yo.

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Hola 🧚‍♀️

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