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Escoger que ponerse había sido un martirio. Las opciones eran interminables y el tiempo no era el suficiente, por lo regular cuando Chuuya iba a asistir a algún tipo de evento formal y elegante, se preparaba al menos desde una noche antes.
Justo ahora se encontraba en la fiesta de cumpleaños de la protagonista, él decidió alejarse de todos puesto que no conocía a nadie y solo quería quedarse al lado de la mesa de aperitivos como un inadaptado social.

"Es mejor que hacer el ridículo" se repetía, no estaba cómodo en ese ambiente por el hecho de no saber exactamente que hacer o como actuar.

—Joven Nakahara –escuchó a sus espaldas–.

Una chica de cabellos color caramelo y ojos de azul más oscuro que el propio se acercó hacia él con una sonrisa. Creía suponer que ella sería Ember Woodville, la protagonista, hija adoptiva del Barón Woodville y próximamente prometida del Duque de Yokohama.

—Uh... buenas noches, señorita –dio una leve reverencia–.

—Muchas gracias por los regalos que envió, fue un lindo detalle, me encantaron –sonrió y se giró para alejarse–.

—¡Señorita Ember! –la chica se giró para prestarle atención–.

Él quería advertirle sobre todo lo malo que pasaba en el libro, que no aceptará nada de parte del joven Nicolás, que el día antes de su boda no saliera de casa aunque le llamasen diciendo que había una emergencia con su vestido de boda, entre muchas otras cosas.

—Feliz cumpleaños.

—Muchas gracias –con una última sonrisa compartida, se alejó perdiéndose entre la multitud–.

Bien, apenas era la fiesta de cumpleaños número dieciocho de la protagonista, lo que significa que nada pasaría hasta dentro de medio año. Por ahora solo debía de disfrutar de todos los beneficios de los que goza y por un momento preocuparse únicamente por su felicidad.

—¡Cielos! Este vino está exquisito –dijo al terminar una copa–. ¡Mesero, un poco más de vino por aquí!

"Si voy a disfrutar, que sea en grande", no pasaría nada si bebía hasta emborracharse ¿no?, no tenía que asistir a ningún otro lugar, podía permitir tomar cuanto alcohol quisiese, no podía desaprovechar el tomar algo de tan alta calidad como lo era ese exquisito vino de los nobles.

—Al final, esto no es tan malo.


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Abría los ojos con un poco de dificultad y dolor de cabeza. Estaba acostado boca arriba, no recordaba nada de la noche anterior, probablemente cuando se acabó la fiesta llegaron a recogerlo y justo ahora se encontraba en sus aposentos... o eso quería creer de no ser porque el techo de su habitación no era de ese estilo que parecía mil veces más caro.

—¿Ya despertó la bella durmiente?

Una voz algo ronca se escuchó a su lado y se enderezó de golpe dándose cuenta por la fria brisa que sintió que no traía nada puesto en la parte superior de su cuerpo. Su angustia incrementó y siendo un manojo de nervios, giró hacia su izquierda encontrándose con un cuerpo recostado a su lado, un hombre alto, de cabellos castaños desordenados y una sonrisa de burla junto a unos ojos color caoba, nada más ni nadie menos que Dazai Osamu.

—¿Me estás jodiendo? –el contrario solo rió–. ¿De qué mierda te ríes imbecil?

—Sabía que conforme la clase social descendía la educación se volvía más escasa, pero nunca imaginé que el hijo de un conde tendría ese vocabulario tan vulgar.

𝙳𝚄𝙺𝙴'𝚂 𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙾𝚅𝙴𝚁 || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora