𝙳𝚄𝙺𝙴'𝚂 𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙾𝚅𝙴𝚁 || Soukoku

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⸻𐐪✦ɞ⸻

Otro día en cama y Chuuya ya se sentía a punto de perder la cabeza.

Después del supuesto accidente sus padres Paul y Arthur, a quienes tendría que acostumbrarse a llamar así, llegaron a visitarle llenándole de regalos, trajes y joyas que siempre le gustaron aparentmente. Atsushi trató de ayudarle con su aburrimiento trayéndole un libro de acertijos que al final solo lo dejó más frustrado, Ember traía flores y más regalos cada que venía a visitarle, en su habitación ya no había espacio para más.

—Ya me cansé.

Se puso de pie y caminó hasta el espejo quitándose la venda en el proceso.

—De ahora en adelante viviré el presente, ¿qué importa lo que viví en mi mundo y qué importa la historia original? Si, tengo sentimientos por Dazai y aquí son recíprocos, así que ¿por qué no vivir feliz?

Hablaba con su reflejo como uno de esos monólogos de personaje principal.

—Viviré como el Chuuya de este mundo.

—¿Como quién-? –por la puerta venía entrando Atsushi con el desayuno–. De todas formas, veo que se ha quitado la venda de la cabeza.

—Oh si –el pelirrojo suspiró aliviado por el cambio de tema–. Es que me empezaba a dar comezón.

—Lo entiendo, pero ¿y si el Duque llega a venir sin previo aviso?

—Tienes razón –se tensó–. Hay que hacer algunos ajustes al plan inicial.

—Si... sobre eso, no cuente conmigo –habló algo tímido yendo a tender la cama después de dejar la bandeja sobre la mesa de centro–.

—¿Eh?, ¿por qué?

—Verá, le tengo mucho aprecio a mi cuello y a mi vida. Hay veces en las que me levanto por la mañana y reviso si mi cuello sigue completo y en su lugar –habla mientras que acaricia su cuello entre pequeños escalofríos–. ¿Ve? Todavía sigue aquí.

—¿No me vas a ayudar aunque ruegue? –trata de hacer ojos de cachorro–.

El albino ni siquiera se había girado a verle siguiendo en lo suyo.

—Ni aunque me ruegue.

—Y si el plan ahora será "¿cómo pedirle al Duque matrimonio lo más rápido posible ahora que mi cara y mis piernas están curadas?" Entonces, ¿me ayudarías?

Atsushi se giró tan rápido que sorprendió a Chuuya, se acercó emocionado.

—¿Quiere escuchar mi opinión?

—¿Pensé que ya no me ayudarías? –se burla–.

—Oh, no sé de que esté hablando, yo siempre he estado de su lado Chuuya.

—Seguro... –sonríe divertido–.

—Bueno, entonces –le quita importancia a la burla–. ¿Planean casarse?

—Yo creo que primero deberíamos comprometernos –el menor frunce el ceño disgustado–.

—Si eventualmente se van a casar, no veo el punto de un compromiso –se cruza de brazos–. De verdad que no entiendo a los nobles.