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Ya se le estaba haciendo costumbre el hecho de despertar de la nada en lugares distintos a los que recuerda antes de dormir, al menos ahora sí se encontraba en su habitación.
La tarde anterior se la había pasado llorando en silencio entre los brazos de uno de sus "padres". Por primera vez experimentó el sentimiento de decepcionar, se sintió de lo peor aunque no conviviese con ese hombre y su relación en el mundo real nunca fue buena, por otro lado, también pudo sentir el ser consolado y eso le llenó de una gran calidez, tal vez debería de aceptar de una vez que eran sus padres, al menos en ese mundo, y comportarse con ellos como un hijo amoroso, después de todo, por lo que puede ver le tenían consentido y le llenaban de amor.

—¿Joven amo? –se escuchó una voz después de un leve golpe en la puerta–. ¿Se encuentra despierto?

—Adelante –sonrió–.

La figura delgada del albino se vio por la puerta entre abierta, éste venía cargando una charola con varias cosas entre sus manos, cerró la puerta como pudo después de entrar y se dirigió hasta la cómoda del lado derecho de la cama.

—El señor Arthur me ha mandado con algo de comida, dijo que prefería que recuperase energías en cama, al parecer ayer fueron muchas emociones fuertes por lo que mencionó.

—Muchas gracias, Atsushi –el menor le sonrió–. ¿Tu ya comiste?

—¿Y-yo? Bueno... n-no pero... –le interrumpió–.

—Come conmigo, es demasiada comida hasta para mí.

—No podría, usted es el joven amo y yo solo soy un sirviente que-... –empezó a hablar con rapidez–.

—Atsushi –le miró directo a los ojos–. Tómalo como una orden si quieres y así lo haces.

El albino no pudo seguirse negando a la petición, no cuando el pelirrojo tenía aquella sonrisa y un brillo infantil en sus ojos, como si fuese un niño pequeño pidiendo que jugase con él.

—Está bien, pero yo pido el Chazuke.

—Todo tuyo –ambos sonrieron y empezaron a comer–.

Comían en silencio, más que nada porque el mayor estaba metido en su propio mundo, había conocido anoche a la protagonista de la historia, una chica huérfana que después de salvarle la vida a el Barón fue adoptada por él. Se suponía que la dulce y honesta chica lograba enamorar al despiadado y corazón de hielo duque, tenían algunas complicaciones en el camino, pero al final terminaban felizmente casados.

"Pero ahora resulta que el duque Howland se convirtió en el bastardo de Dazai...". Y aunque lo negase, eso le calaba un poco, no sabía describir exactamente lo que sentía, pero le era incómodo.

Debo de arreglarlo... –murmuró por lo bajo para sí mismo–.

—¿Dijo algo, señorito?

—Atsushi, ¿qué tan cercano soy con la señorita Woodville?

El albino terminó con el bocado que quedaba en el plato, se limpió la cara con una servilleta y procedió a responder.

—No diría que mucho, la señorita Woodville no fue adoptada hasta hace tres años y siendo sinceros, usted se localiza en un círculo social que no ha sido muy amable con ella –habló algo incómodo–.

𝙳𝚄𝙺𝙴'𝚂 𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙾𝚅𝙴𝚁 || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora