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A la mañana siguiente, despertó igual de desubicado que siempre, algún día despertaría en la Narnia misma, pero a primera hora del día le daba igual, solo tenía pereza.

—Atsushi, ¿tengo algo que hacer hoy? –preguntó mientras se trataba de espabilar–.

El albino corrió hacia la mesa de centro y después de regreso al lado del mayor, entregándole un sobre.

—Llegó hace un momento, de parte de la señorita Ember.

—¿De Ember?

Salió de su cama y se acercó a los sillones de su habitación, tomó la carta entre sus manos, la abrió y empezó a leer.

Estimado amigo,

El día de hoy el clima me parece perfecto para salir a por algunos bizcochos y pasteles, ¿me acompañaría? Aún hay varias cosas de las que hablar, después de todo seremos amigos y no nos conocemos completamente, sería una buena oportunidad para hacerlo.
Aunque claro, si está ocupado o no tiene ánimos, está bien, estoy acostumbrada a salir sola y lidiar con los problemáticos nobles, al final de cuentas, es el pan de cada día.

Sinceramente, tu amiga Ember.

El pelirrojo frunció un poco las cejas mientras entrecerraba los ojos y después soltaba una carcajada.
"Pero que manipuladora, igual a Dazai" rió, era como si ella supiese que por su elección de palabras lo haría sentir mal y que la acompañase, aunque de todas formas pensaba hacerlo, no tenía nada más para ese día por el momento.

—Atsushi, prepara el carruaje por favor.

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En lo que parecía ser una cafetería, a mitad de salón y sentados a un mesa para dos personas, se encontraban el pelirrojo y la de cabellos castaños claros.

—Gracias por recomendarme este lugar, señorita Ember.

—Oh, no ha sido un problema –tomó un sorbo de su té, escondiendo su risa detrás de la taza–. Me ha alegrado el que pudiese acompañarme.

Estuvieron unos momentos más disfrutando los postres y hablando trivialidades, cualquiera que les viese juntos pensaría que era más que una amistad cuando era todo lo contrario.

"¿Cuánto tardará en venir?" se empezó a quejar mentalmente el de ojos garzos. "Envié la carta esta misma mañana, debió de haberle llegado".
Justo cuando estaba por seguir reclamando mentalmente, por las puertas del establecimiento apareció una alta y esbelta figura, cabello y ojos castaños con un aura y una mirada seria e imponente, incluso llegando a ser intimidante.

—¡Al fin llegó!

—¿Quién llegó? –preguntó extrañada su acompañante hasta que la figura del mayor se acercó–. Oh, duque Dazai.

—Señorita Woodville –rápidamente giró hacia el chico–. Vine porque dijiste que era algo urgente –habló en un tono juguetón que cambió al instante–. Espero que lo sea.

—Bu-bueno... el pastel aquí es tan bueno que, ¿quién sabe?, probablemente se hubiese acabado antes de que llegases –se había puesto nervioso, su mirada era la misma de cuando estaba en la mafia y aunque ya la conocía, se habia desacostumbrado haciendo que tambalease un poco–.

𝙳𝚄𝙺𝙴'𝚂 𝙽𝙴𝚆 𝙻𝙾𝚅𝙴𝚁 || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora