Capítulo 11. Mientras duerme

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Se enderezó desprendiéndose de sus pechos con una profunda respiración, con unos ojos nublados por el deseo que lo consume y que lo incita a continuar. Se desabrocha los botones de su camisa sin dejar de mirarla.

No quiere ni puede dejar de contemplarla, esta como la quiere y como la quiso ver desde que llegó a la puerta de su Suit, desnuda, expuesta y disponible.

Excepto cuerda, llegó a sus manos estando drogada y ebria, ahora está dormida y no tiene justificación para lo que está haciendo y lo que en definitiva va hacer.

Porque definitivamente, el sexo con ella no es algo normal tampoco casual. Lo ha tenido excitado y endurecido como una roca durante todo el día y ella está más que disponible para descargarse.

La rubia le ofreció el momento de saciar su calentura, una excitación que ella encendió y que ella misma tiene que apagar porque no dará marcha atrás.

La oscura camisa cayó al suelo, dejando expuesto su desnudes de la cintura para arriba. Lucas río, cuántas mujeres pagarían por tener la primicia de ver tan solo su tórax y ella inconsciente desperdiciando la oportunidad.

—Pero yo si la disfrutaré —él dijo con una ronca voz y sin apartar la vista de su coño.

Esta con el tórax libre pero lo que lo molesta está bajo sus pantalones exigiendo ser liberado con el fin y único propósito placentero de hundirse en ese precioso coño que lo vuelve loco hasta hacer perder la moral que obviamente carece.

Llevó sus manos a la hebilla de su cinturón deshaciéndose de sus pantalones, y luego con una mueca como gesto de irritamiento se baja el bóxer liberando su duro y grueso miembro que palpita hacia una sola y clara dirección.

En este tipo de momentos la ropa es una verdadera molestia cuando lo único que quiere en sentir su suave piel, hacerla arder como lo hace con él.

Un suspiro de ella enfatiza que continúa dormida, otorgándole el placer de proseguir sin pensar en nada que no sea cogérsela, las facciones de su rostro reflejan relación pura mientras que el esta desesperado y terriblemente excitado con las ganas de enterrarse en su apetitosa cueva.

Crystal dormía pesado y Lucas pensó que son los efectos de la borrachera y las drogas que consumió cuando se la encontró en su Siut, lo único bueno de ese asqueroso vicio es que la tiene a su mereced en este instante.

—Al demonio con la moral —gruñó él cegado por el placer, la tomó de la cintura y la atrajo al borde la cama abriéndole las piernas de golpe —Este coño fue estrenado por mí y por mi será usado.

Llevó la boca sobre sus suaves y rosados pliegues comenzando a lamer la más exquisita vagina que se ha cogido, quizás el agua de la tina, el aroma fresco del jabón, y la esencia de su recién desvirgada flor no hacen más que aumentar el fuego que lo consume.

Un fuego que la fresca piel de su delicada flor no logra sosegar en él. Su lengua lamía, comía y devoraba aquel delicioso y accesible coño, la relamía con frenesí, con ansias de apaciguar el hambre que ella ha despertado en él, y la cueva donde las incontrolables ganas de su empalmecido miembro palpita por entrar.

Por momentos, ella se removía.... parecía que despertaría por las sensaciones de la hambrienta boca de Lucas sobre su parte más íntima, pero eran actos reflejos del indudable placer que le provocaba con su demandante lengua.

Con su lengua rodeaba sus labios menores hasta llegar al punto sensible, su clítoris, donde se concentró y succionó sin reparó hasta saciarse de su exquisita esencia y lo placentero, morboso que es tener su boca entre las piernas más suaves que ha acariciado.

Su límite rebasó cuando la encontró desnuda en la tina, era imposible controlarse y necesita estar dentro de ella, enterrarse en su interior. Medio que se reincorpora posicionándose entre medio de sus abiertas piernas apuntando su gran y viril miembro hacia su entrada.

La Tentación Prohibida Del MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora