Capítulo 23. ¿Reina o Concubina?

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— ¿En mi Mansión? —pregunta Eleonor estirando los brazos alrededor del cuello de Lucas — Si quieres más privacidad podemos ir a mi casa o a mi apartamento.

—No.  —dice —Ordenaré que hagan una reservación para nosotros en Pierre Gagnaire.

Con las manos de él en su cintura, Eleonor lo siente tan cerca, tan irresistible que cree se derretirá como el hielo frente al sol. Su masculinidad la envuelve recordando las noches que lo tuvo en su cama y que desea volver a tenerlo, un deseo que surge a la misma velocidad de una fogata arder con gasolina.

Las ansias de sentirlo, de acariciarlo, las ganas de acogerlo rodeándolo con las piernas, ¡Oh Dios! Sus bragas están húmedas, está ansiosa, mojada, lo añora y no puede negarlo, su cuerpo lo aclama con desesperación. Ya ni se recuerda cuando fue que Lucas tomó la iniciativa de acercársele, porque siempre es ella la que se le acerca, buscando y rogando que le dedique un poco de tiempo.

—Mi amor..... —sonríe contenta sintiendo que fuegos artificiales estallan en su interior, inclusive ya hasta se le olvidó el motivo de su visita —No sabes lo mucho que te extrañé —musita a la vez que sus labios cobraban vida propia frotándose el lóbulo de la oreja izquierda de él — Te fuiste de Roma sin avisarme ¿Puedes imaginar tan siquiera cuánto me lastimas ignorándome, pasando de mí sin tomarme en cuenta?

—....

No obtiene respuesta, su silencio no le importa, lo que anhela es acariciarlo, besarlo y sentirlo adentro de ella.

Los labios de Eleonor descienden besando su cuello y marcando un camino de besos húmedos. Desabotona los botones de su camisa,juega con la piel que el espléndido traje cubre y explora con la lengua cada rincón de la piel que tiene a su alcance, depositando ansiosos besos que le dejan mordiscos.

Estímulos que llevan a Eleonor recorrer su cara con besos y que se destinan hacia a los labios de él, y fue cuando esta a punto de besarlo en los labios cuando la puerta de repente se abre interrumpiéndola,

—El director de el proyecto del próximo lanzamiento está en la sala de junta junto con los otros direc...... —informa Teo pero se detiene avergonzado cuando la encuentra encima del escritorio con Lucas entre medio de sus piernas —Ohh... No, no... L-Lo siento pensé que podía pasar, no sabía que....

El asistente se lleva al pecho los papeles que carga y desvía la vista.

—Te veo en el restaurante. —Lucas se despide con naturalidad mientras se arregla el cuello de la camisa.

Lo ve dirigirse hacia la puerta con el inoportuno de su asistente siguiéndolo. Se baja del escritorio, y se toca las mejillas ardientes, su cuerpo está en llamas y con ganas de ser tomada por él.

Acomoda la falda del vestido que revela sus muslos y recoge el bolso de diseñador que dejó caer. El ardiente calor que hace un momento la asfixiaba se enfría, la temperatura cambia haciendo que el frío que su separación causó le erice la piel.

—Estúpido asistente. —se queja Eleonor con coraje.

Si no fuera por su repentina interrupción, estaría con el vestido arremangado hasta la cintura, con las piernas abiertas enrollándolas alrededor de su pelvis mientras recibe sus embestidas.

—Yo no quería interrumpirlos, sabes que respeto tu vida privada sin inmiscuirme. —dice Teo ni bien salen de la oficina —Realmente no quise entrar en un mal momento.

Mira por el rabillo del ojo a Florencia que se encuentra en su escritorio y con la vista concentrada en la computadora como si no hubiera hecho nada.

Antes de entrar a la oficina, le preguntó si Lucas estaba libre, le dijo que si y Teo creyó en las palabras de la secretaria por lo que irrumpió en el despacho donde Lucas tenía un momento íntimo con su prometida.

La Tentación Prohibida Del MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora