—¡Qué Miku aquí! ¡Qué Miku allá! ¡Miku, Miku, Miku! —ya no estaba intentando razonar— ¡Estoy harto de tanto Miku! ¿Acaso es la única persona en tu cabeza? ¡Yo soy tu novio!
—¡Sí, eres mi novio! ¡Pero Miku es mi mejor amiga y ella me entiende!
—¡Pareciera que te importa más ella que yo! Cancelaste nuestros planes de San Valentín por ir tras ella con una excusa barata, ¿estás consciente de eso?
—Hasta tú escuchaste de Kaito que estaba en peligro, ¡usa la lógica! ¡Tengo motivo para preocuparme!
Ya no parecía el mismo Fukase de siempre, aquel chico tímido y que tartamudeaba, que no le gustaban los conflictos y adorable que había conocido ahora estaba enfurecido, gritando con voz y postura firme, sin esconderse ni un poco y discutiendo por lo que él creía, aunque eso significara tener que actuar de esa forma con alguien que apreciaba mucho. Lo único que lo hacía parecer el Fukase de siempre eran unas pequeñas lágrimas que se asomaban por sus ojos, lágrimas de rabia y pena por pelear con su amado novio.
—Mi Fukase no me habría gritado de esa manera ni me hubiera cancelado unos planes por otra chica —dijo con odio.
—Pues si ese Fukase era el que dejaría a una amiga a su suerte y bajaría la cabeza con cualquier cosa, me alegro que no esté aquí —lo miró con rabia
—O es ella, o soy yo. Claramente aquí tienes que elegir.
—Nuevamente con esa tontería, ¿qué te hace pensar que te abandonaría por mis amigos?
—Tengo mis razones para desconfiar.
—Pues explicamelas, que yo no entiendo.
—Por alguna razón siempre vas tras ella aunque yo esté a tu lado, me dejas para estar junto a Miku, siempre que no está sales a buscarla y la besas cuando están los dos solos en tu clase de pintura, ¿cómo no quieres que me ponga celoso? —Fukase pasó sus manos por su cara cansado y frustrado.
—Y sigue con ese tema. No pasó nada allí, solo estabamos hablando.
—¿A besos? Vaya charla.
—¡Qué no es eso! ¿¡Nadie puede aceptar que le demuestre aprecio a mi mejor amiga!?
—¡Le muestras demasiado! ¡¡No te creo nada de lo que dicen ustedes dos!!
Casi de manera instantánea en la que terminó su frase el rubio, recibió un golpe en su cara tan fuerte que lo tiró al piso. Kaito, quién estaba escuchando aún allí hasta donde podía escalar eso, había perdido la paciencia con su mejor amigo.
Oliver apenas se recuperó del mini shock que lo dejó el golpe, miró al azulado quien se frotaba el puño con el que le había dado. Llevó su mano a su mejilla roja y que comenzaba a hincharse.
—¡¿Qué demonios te pasa?!
—¡Eso debería preguntar yo! ¡¿Por qué tratas a tu novio de esa manera?!
—¡¡No deberías meterte en asuntos de pareja!! —se paró y lo encaró furioso.
—¡¡Claro que me voy a meter si mi mejor amigo es capaz de tratar así a la persona que dice amar!!
Fukase miraba todo con miedo, ya había calmado un poco su rabia pero no podía dejar de sentirse ansioso por todo lo que pasaba. Seguía muy enojado con la actitud del rubio pero el ver a Kaito así de enojado lo había asustado. Él normalmente era sereno y discutía con un tono bajo, nunca creyó verlo gritarle a su mejor amigo.
—¡Cómo se te ocurre amenazar así a Fukase! ¡¿Qué no ves lo tóxico de eso?! Se supone que deben arreglar las cosas hablando, ¡no amenazando con acabar la relación!
ESTÁS LEYENDO
Nuestro lindo amor
Fiksi PenggemarMiku es una chica solitaria que pasa sus días en compañía de la soledad, su más grande amiga. Tiene carácter fuerte y sabe afrontar los problemas que se le presentan. Len es un muchacho al que todas califican de "príncipe" al tener una actitud agra...