Capítulo 24

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Día de la ceremonia de egreso de los de tercer año, ya había llegado la hora en que se irían de aquel lugar lleno de recuerdos felices, dolorosos, emocionantes y tristes. Habían recorrido un largo camino para llegar al cierre de su enseñanza en preparatoria y comenzar su nueva etapa en la educación superior.

Toda la ceremonia había transcurrido bastante lenta y aburrida para todos, algunos hasta se quedaron dormidos mientras escuchaban los mil y un discursos, pero en cuanto le tocó subir al escenario a cierto rubio, todos pusieron atención.

Miku, Len y Fukase se habían colado en el gimnasio para poder ver aquel discurso que Oliver les avisó que daría. De igual manera se pensaban colar a ver la ceremonia de ellos pero ahora tenían excusa de sus amigos para no parecer tan emocionados por ello.

—Y ahora, unas palabras del señor Oliver Utatane, quién fue el mejor alumno de su generación tanto en lo académico como en lo personal con altos valores de responsabilidad y servicios.

Los tres amigos rieron por lo bajo al escuchar tan mencion. A Oliver le gustaba mucho divertirse y destacaba por ser llevado a su idea pero frente a profesores y demás autoridades sabía comportarse.

Caminó hacía el micrófono con diploma en mano, preparado para dar el discurso que se le había asignado.

—El día de hoy en muy importante para nosotros —comenzó—. Abandonamos estos uniformes, que nos acompañaron por tres largos años para ir camino hacía nuestros sueños. Dejamos atrás estas corbatas y listones atados a nuestros cuellos para darle paso a una nueva vida de oportunidades. Damos un paso al frente hacía el largo trayecto de la madurez prometiendole a nuestro niño interior que nos convertiremos en la mejor versión de nosotros mismos. Cada uno tomará un camino diferente pero eso no quiere decir que nos olvidaremos los unos de los otros, siempre los llevaré en mi corazón y mi mente, esperando que ustedes también me recuerden con cariño. Una nueva vida empieza, no debemos tener miedo ni estar tristes, hay que celebrar por pasar a una nueva etapa y perseguir nuestros sueños, sin importar lo difícil que sea, no debemos perder de vista el horizonte. Fue un placer ser su compañero hasta el final y espero nos volvamos a ver en otra ocasión.

Hizo una reverencia mientras se oían aplausos confusos. Todos esperaban que, con su personalidad, hiciera algo más divertido o fuera un discurso mucho más alegre.

Los profesores estaban felices por ello y estaban apunto de quitarle el tiempo al micrófono cuando este se estiró, se rascó la nuca con su diploma y habló nuevamente.

—Bueno, ese era el discurso que se me impuso disertar —los miró a todos alegres—. Sea lo que sea que pase con nuestra vida ahora, no debemos olvidar que siempre hay tiempo para divertirse, o sea, acabamos de terminar los estudios y nos libramos de tener que estar horas escuchando a profesores hablar de cosas que no nos interesan, ¿no es cierto? —extendió su diploma a todos como micrófono a lo que todos gritaron un "sí"— Entonces, mis queridos colegas, antes de entrar a estudiar sin fin nuevamente, ¡¡Yo los invito a todos a un partido de fútbol en las canchas ahora mismo!! —casi todos gritaron emocionados— ¡¡Vamos!! ¡Quién no quiera jugar puede venir solo a mirar, pero la cosa es que vayamos todos!

Oliver saltó del escenario hasta la puerta más grande de todas para abrirla y salir corriendo junto con todos los demás dejando a los profesores y padres estupefactos ante tal acto de rebeldía. Algunos reían mientras otros estaban enojados y otros reían e iban a unirse a mirarlos jugar.

El trío menor salió corriendo detrás de todos y quedaron sorprendidos cuando vieron que ya habían formado equipos y estaban jugando de lo más alegre mientras todo el resto les hacían barra. Nunca habían visto un grupo unido tan rápido por una sola persona y eso es lo que podía lograr Oliver con su gran carisma y vida social.

Nuestro lindo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora