Capítulo 2

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Un nuevo día, una nueva jordana escolar empezando desde muy temprano.

Esta vez Miku se había despertado más temprano por lo que tuvo tiempo de hacer las cosas con más tiempo; se arregló tranquila, desayunó calmada, se peinó con más cuidado, se maquilló con dedicación y pudo irse a la escuela caminando tranquilamente.

Su preparatoria no quedaba tan lejos por lo que podía irse caminando. Era algo que adoraba la chica, caminar tranquilamente por las calles vacías y tranquilas de la mañana, con el paisaje del sol saliendo, un cielo muy celeste y el aire que le traía un gran buenos días. Eran los pequeños placeres que disfrutaba la aguamarina antes de llegar a un lugar plagado de gente con la que no interactuaba.

Por otro lado Len iba en el metro esperando a llegar a su parada para llegar a su primer día en una nueva escuela, se encontraba bastante nervioso y ansioso por conocer nuevas personas y recomenzar su vida en su ciudad natal. Por la mañana se había demorado el doble en arreglarse para dar una buena impresión que su hermana casi tuvo que sacarlo a patadas de casa para no llegar tarde.

Estaba escuchando música mientras miraba para afuera intentando aligerar sus nervios, pensando y pensando. Recordó de pronto a Miku, quien había visto ayer en ese parque cerca de su nueva escuela; si hacía memoria podía recordar que el color de su uniforme se parecía mucho al de él, aunque también podía ser solo una coincidencia y pertenecer a otra escuela pero en el fondo él quería volverla a ver una vez más y sería genial que coincidieran en la misma escuela. También sería mucho más genial reencontrarse con su amiga de la infancia, estaría muy feliz si la volviera a ver, la reconocería al instante.

De estar tan perdido en sus pensamientos casi se le va su parada y pasa de largo a quien sabe donde, aún no se acostumbraba nuevamente a la cuidad, después de todo las cosas habían cambiado mucho estos años en los que no había estado, sin mencionar que antes de que se fuera solo era un niño que con suerte sabía algo del mundo que lo rodeaba.

Caminando lo poco que le quedaba pudo observar que muchas personas, y sobre todo chicas, se quedaban viéndolo y murmurando, supo que eran sus compañeros al ver que todos entraban a la misma escuela que él y se tranquilizó al pensar que solo les llamaba la atención un chico nuevo en su escuela. Entró igualmente nervioso y se dirigió a la sala de profesores para encontrarse con su profesor quien lo llevaría a su respectivo salón. Detrás de aquella puerta de sala de clases se encontraban sus nuevos compañeros, nuevos asientos, nuevas caras por todos lados, nuevos aromas, nuevas asignaturas, absolutamente todo nuevo y eso lo hizo entrar en un poco en pánico, suerte para él que sabía manejarlo a la perfección.

Mientras Miku dentro de su salón de clases estaba tranquila, hoy no habían escrito en su mesa, iba a ser un día más pacifico, tenía suerte de que sus compañeros algunas veces se olvidaban de ella. Mirando su celular escuchó que todos hablaban mucho más de lo normal, alegrandose y poniéndose ansiosos, sin embargo a ella no le importaba en lo más mínimo y siguió concentrada en su celular, fuera lo que fuera no debía porqué mover su mundo.

El profesor entró al salón haciendo que todos callaran y se ordenaran para no ser regañados. Al estar al frente y pasar lista tranquilamente se dispuso a dar un anuncio.

—Bien, chicos, el día de hoy tendremos a alguien nuevo que se unirá a nuestro grupo, adelante.

Len abrió la puerta y pasó llamando la atención de todo, en especial de las chicas. Al llegar al frente visualizó a todos sus compañeros fijándose en unas coletas aguamarinas familiares, no se podía creer que el destino lo quisiera tanto como para reencontrarla tan luego. Por su parte Miku no prestaba atención, había sacado un cuaderno y en el trazaba líneas en la parte trasera dibujando un adorable conejito, sonrió a su obra y la apreció por unos instantes más.

Nuestro lindo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora