Capítulo 7

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Como se había prometido, en la escuela hubo una asamblea con todos los estudiantes para dar una charla del abuso, sus consecuencias y el porqué se hablaba en ese instante. No se dijeron nombres por temas de confidencialidad y aún así algunos estudiantes sabían de quién se hablaba.

Hubo un poco más de vigilancia sobre los estudiantes para evitar problemas, siempre había algún profesor que estaba libre rondando por los pasillos resguardando el bienestar de los jóvenes y ahora intentaban ser un poco más considerados. Se despidieron los docentes que habían sido reacios a los pedidos de ayuda de sus alumnos o que no les prestaron atención al abuso y se contrataron más profesores apoyando la salud mental de los jóvenes.

Las burlas por los pasillos a Miku habían cesado, podía caminar tranquila ya que nadie le gritaba ahora. Las notas en sus casilleros intentaron seguir por un par de días pero cesaron al descubrir quien las seguía metiendo allí y darle su castigo. Su antigua mesa había sido reemplazada por una nueva que ya no pasaba escrita por sus acosadores, ya no tenía mucho por lo cual preocuparse salvo las miradas que aún le dedicaban algunos estudiantes a veces por los pasillos. Por fin después de mucho tiempo estaba tranquila en la escuela y eso la alegraba, se sentía liberada, de haber sabido que las cosas serían tan fáciles lo habría hecho desde un principio.

—Pero que día más tranquilo —habló el rubio sentado sobre el césped.

—Sí, es bueno relajarse algunos días —habló Kaito a su lado.

Los cinco chicos estaban sentados en el césped del patio de la escuela disfrutando de la tarde tan tranquila.

Miku había empezado a juntarse con el grupo de Len una vez todo el tema de su abuso quedó resuelto y la verdad se sentía bien, hace tiempo no disfrutaba estar con amigos de esa manera.

—Qué bueno que al fin puedes estar tranquila, Miku-chin —le comentó Oliver.

—Eso es verdad, es gracias a Len-kun por volver loca a Yuzuki que pude reunir fuerzas y hablar.

—Eso no suena muy bien, Miku-chan.

La confianza entre los dos había crecido en los últimos días y la chica había decidido que no era una mala idea abrirse a Len, después de todo la había ayudado varias veces y se quedaba a su lado siempre. Le había empezado a tomar cariño y, de alguna manera, sentía algo muy familiar cuando estaba con él.

—Por cierto —habló el peli azul— tengo que ir a buscar a mi hermana hoy a su secundaria, ¿les importaría acompañarme?

—Por mi no hay problema —respondió Oliver.

—P-por mí ta-tampoco.

—¿Y tú, Len?

—Tampoco tengo problema, yo no tengo que ir a buscar a mi hermana.

—No sabía que ustedes dos tenían hermanas —Miku señaló a Kaito y a Len.

—Pues tengo, se llama Kaiko y es tres años menor que yo.

—La mía es dos años menor, se llama Rin.

—Qué interesante.

—¿Y tú nos acompañas, Miku-san?

—No, lo siento Shion-senpai, hoy me viene a recoger mi hermano.

—Vaya, no sabía que Miku-chin tenía un hermano —habló Oliver.

—Sí, es universitario.

—Ya-ya es un a-a-adulto —comentó Fukase.

—No tanto, solo mayor que ustedes.

Nuestro lindo amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora