Ya que Miku había compartido aquella salida secreta con sus amigos, a menudo se iban allí solo para estar tranquilos o cuando querían salir un rato de la rutina diaria. Salían todos ya sea solo por diversión, para comprar algo delicioso para comer, cuando necesitaban materiales urgentes o simplemente para visitar a los ancianos que vivían allí.
Obviamente no iban todos los días por seguiridad a su secreto y a ellos mismos, alguien podría darse cuenta de que desaparecían muy a menudo e investigarlos, debían ser precavidos y no ir tan frecuentemente a ese lugar o podrían perderlo todo.
Las vacaciones de verano se acercaban y empezaba a hacer más calor cada vez. El grupo de amigos se había escapado una vez más por helado a la hora de almuerzo, el calor era demasiado como para soportarlo todo el día en una escuela con esos uniformes puestos.
Para suerte de todos había una pequeña plaza donde encontraron una heladería y compraron dos grandes copas de helado, se sentaron en uno de los puestos disponibles y compartieron las copas del refrescante postre mientras conversaban.
—Lo mejor que nos pudo pasar en la vida es que Miku-chin haya descubierto esa salida —habló Oliver con la boca llena de helado.
—Cálmate un poco, Olivia, se te va a congelar el cerebro.
—Pues si no eres tan rápido como yo te quedarás sin helado, Kaikai —tomó una gran porción de helado y se la llevó a la boca.
—Utatane-senpai, no hagas eso, deja helado para nosotros.
—Ya para con lo de Utatane, es ridículo y lo detesto —miró a su rojizo amigo— Fukasane.
—¿Qué pasa? —lo miró atento.
—Yo te doy de comer —tomó otra porción de helado y la acercó a la boca de su amigo—. Vamos, abre.
—¡N-no voy a hacer e-eso! —se sonrojó.
—Vamos, Fukasane, te vas a ver mucho más adorable de lo que eres —el rubio estaba divertido molestando a su rojizo favorito.
—Nunca se cansa de molestar a Fukase —habló Len.
—Siempre es así con ellos, me encantaba ver sus juegos cuando estabamos solos los tres —Kaito los miraba enternecido.
—¡Así se hace, Fukasane! Eres un niño obediente —le dió unas palmadas en la cabeza con cariño.
Fukase solo pudo sonrojarse más mientras tragaba el helado que su insistente amigo había colocado en su boca. Oliver estaba entretenido sonriendo de forma amplia al pelirrojo que tenía frente a él, le encantaba molestarlo de mil formas y estar junto a él.
Kaito también sonreía mientras comía helado viendo a su mejor amigo, pensaba que solo era cuestión de tiempo que las cosas se dieran, él solo miraría feliz todo y sería el mayor fan de lo que pasara. Siempre estaría allí cuando su mejor amigo lo requiriera.
Luego de terminar las copas de helado volvieron rápido a la escuela, no faltaba mucho para que volvieran a entrar a las clases de la tarde y querían hacer un poco de acto de presencia antes para que nadie sospechara de que se habían fugado. Entraron con mucho cuidado mirando a todos lados por si había alguien observando y no ser descubiertos, sería lo peor que les podría pasar.
Ya dentro y fuera de peligro caminaron un poco por el jardín de la escuela como si nada.
—Hace mucha calor aquí —se quejó el de coleta rubia.
—Por lo menos ya vamos a estar en vacaciones y haremos lo que queramos —animó el otro rubio— Tenemos que juntarnos para divertirnos.
—Con tanto calor solo te lo acepto si es en una parte con aire acondicionado —le respondió el peliazul.
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Nuestro lindo amor
FanfictionMiku es una chica solitaria que pasa sus días en compañía de la soledad, su más grande amiga. Tiene carácter fuerte y sabe afrontar los problemas que se le presentan. Len es un muchacho al que todas califican de "príncipe" al tener una actitud agra...