CAPITULO 12

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Daiki busco en la parte alta y yo me encargue de la planta baja y del sótano. Al bajar a este último escuche un ruido.

Rápidamente me puse en guardia pero llegue a un ángulo donde terminaba el corredor, aun así podía escuchar algunos gemidos de dolor.

¿De dónde venía ese sonido? Apegue mi oreja a un muro cercano escuchando a alguien toser a través de una de las paredes.

Active el rinnegan y divise a alguien detrás del muro. Su chakra era casi nulo.

Si esa persona estaba ahí quería decir que había una entrada.

Finalmente después de tantear las paredes di con esta.Empuje lentamente con algo de temor y la puerta se inició abrir lentamente.

Parpadeé algo confusa observando el santuario que se encontraba frente a mi. Sentí ese gemido de dolor de nuevo y lo seguí hasta que encontré el cuerpo detrás de unas de las columnas, sentada al pie de esta dándome la espalda.

Cuando pude reconocer quien era, mis pies se clavaron al piso y mi aliento se detuvo.

Al fin la había encontrado. Después de tantos años de búsqueda, al fin la tenía delante de mí.Un remolino de sensaciones se originó en mi pecho, no sabia que era, si dolor, nostalgia o tristeza o las tres.

-Konan- susurre en un hilo de voz.

Ella se sobresaltó y se giró hacia el sonido de mi voz lentamente.Sus ojos estaban cerrados y sus mejillas estaban bañadas en sangre junto a su vestimenta.¿Qué rayos había pasado?Instintivamente me acerqué a ella y la revisé.

Tenía la garganta rota y una herida en el estómago, era grave, unos escalofríos recorrieron mi piel haciendo que por instinto me frotara los brazos.

Inicie a curarla pero ella me detuvo. Su mano tocó la mía y una electricidad me golpeó con fuerza el pecho. Sentí mis ojos aguarse y tuve que pestañear muchas veces para hacerlo... porque en el fondo de mi ser sabía que no había nada que yo pudiera hacer para salvarla.

Sus dedos tomaron mis brazos iniciando a deslizarse hacia mi rostro, dejando en su camino rastros de su sangre.

Cuando llegó finalmente a mi frente la apretó levemente y al igual como sucedió con Nagato, nos envolvimos en una especie de burbuja blanca.

-Sakura- Konan apareció frente a mi.

No estaba herida. Ni tenía rastros de sangre, incluso la capa de Akatsuki había sido sustituida con una capa roja.

-¿Como?- una sonrisa se iniciaba a formar en mi rostro pero ella negó.

-Esto solo está pasando en tu cabeza. Es un poder especial del rinnegan... aunque si ya no lo poseo Nagato sello un poco de mi chakra en ti antes de morir. Este se activará solo cuando te tocara la frente-explico- Necesitamos hablar...hermanita.

Fue por impulso, no lo sabía, pero me encontraba abrazándola mientras me escondía en su pecho.

El hipo y los espasmos se hacían cada vez más notorio conforme mi llanto se hacía más fuerte.

-Esperaba que me odiases pero había olvidado que siempre has tenido un corazón puro... lamento haber olvidado eso y no haber confiado en tus habilidades...tal vez ahora las cosas serían diferentes- me aparto un poco y me limpio los ojos- No tengo mucho tiempo. No puedo morir sin contarte la verdad de lo que sucedió. Tienes derecho a saber.

Yo asentí y ella se sentó junto a mi en el piso.

-Empecemos...- mi respiración inicio a ser regular mientras la observaba.

Tienes que dejarme irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora