CAPITULO 15

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Sakura se enfrentaba a Madara, ambos ya habían agotado hasta la última gota de chakra, incluso ella había utilizado el chakra del cinco colas y el Byakugou, pero no fue suficiente.

"Con el poco chakra que me quede aun puedo lograr sellarlo" pensé viéndolo levantarse poco a poco.

Es mi ultima oportunidad. Se abalanzo hacia mí en un rápido movimiento a la par que hacia los sellos del jutsu.

Sentí una quemazón en el pecho. Mi mano estaba en el suyo y al instante unos sellos iniciaron a recorrer por su cuerpo hasta que poco a poco inicio a resquebrajarse y se convirtió en polvo dejando solamente el cuerpo del hombre con el cual hicieron el sacrificio.

-Lo logre- susurre llevando mi mano hacia la katana que Madara me había incrustado en el ultimo segundo.

Me lo arranque en un solo movimiento.Un sonido desgarrador salió desde el fondo de mi garganta por el dolor insoportable que sentía.

Hice el intento de activar el Byakuguo pero me sentía tan cansada que no lo logre, ya no tenia nada de chakra. Me senté en el suelo sintiendo como un frio se apoderaba de las puntas de mis pies, subiendo lentamente por mis piernas. Me costaba respirar y mantenerme sentada. Me recosté en el piso y fije mis ojos en las estrellas que iluminaban esa noche. No sé si estoy delirando por toda la perdida de sangre que estoy teniendo pero podía jurar que el cielo estaba igual que esa noche.

La ultima en la que vi a mis padres con vida.

-Sakura. Tesoro. Ven un momento- abrí la puerta y me senté junto a ella en el espeso pasto de nuestro pequeño jardín privado.

A pesar que me había llamado aun miraba con interés las plantas con detenimiento.

-Mamá- la llame a lo cual me ignoro.

Ladee la cabeza y bufe aburrida.

-Es está- arranco una plantas metiéndolas a su contenedor de plantas medicas.

A mi mama siempre le gustaba cultivarlas en el jardín así, cuando había algún herido, en especial Konan, ella tenia a la mano todo lo que necesitaba.

Me mostró las plantas e inicio a explicarme para que servia cada una.

-Un día te serán de gran ayuda- me sonrió guardándolas- Seas medico o no.

-Lo sere. Seré la más grande proeza de la medicina, como tú- le sonreí a lo que me beso en la frente para luego abrazarme.

Lo único que pudo interrumpir ese armonioso momento fue una discusión que se origino ,si no me equivoco, en la entrada de nuestro hogar.

-Debemos actuar ya, si seguimos esperando...

-Hiroki. Baja la voz que mi familia esta adentro-

Horiki era la mano derecha de mi papa y miembro del consejo de nuestro clan.

Me revolví algo curiosa hasta la puerta.

-Acaban de asesina..

-Sakura mira el cielo- hablo mi madre tan alto que me impidió seguir escuchando la conversación de mi padre.

Alce la vista y pude ver las estrellas. Tenían un brillo muy especial esa noche.

-Serás tan brillante como esa de ahí- me señalo una, en efecto era la mas brillante de todas.

Sentí una presencia detrás de mí y al darnos vuelta mi papá estaba de pie mirándonos con un deje de tristeza.

-Kizashi amor-mi padre miro a mi madre y tras unos segundos una sonrisa se formo en su rostro acercándose poco a poco hacia nosotras.

Tienes que dejarme irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora