Pestañas largas y tristes (poemas)

La vida diaria es guerra (e)

Soy primitivo, cuando te hablo aflora mi lado inconsciente. Se me va la onda. Solo yo me conozco. Y no es malo. Me conozco en la soledad, en la multitud me acongojo. Cuando te hablo no sé qué crees, ¿Soy muy femenino? ¿Crees que soy fingido?, ¿torpe? ¿distraído? ¿hueco?

Cuando soy serio me río para no parecer inventado. Quiero expresarte qué pasa en mí, pero no lo he logrado. Mis historias creo que son estúpidas para ti, quizá creas que soy exagerado. Pero me prestas atención. Me cuentas tus historias con respeto, espero no ser un idiota para ti. Quizá sí valgo para varios. Quizá me ven igual que a ellos.

Vengo de verte, la respiración se me dificulta con este cubrebocas. La ansiedad me asfixia, imagínate agregarle esto.

Cuando los vea siempre me sentiré estúpido. Sé que no estoy mal, solo necesito verlo con naturalidad y encontrar un concepto. Mis preguntas nunca serán respondidas con hechos, solo con esperanza, y paz, y amor propio, y felicidad.

En ese tiempo no fui un perdedor porque hice el intento y fui. Lo intenté, Dios, lo intente, soy valiente aunque nadie lo sepa, seré un hijo de puta en la intemperie pero siempre me arriesgaré y esperaré ser auténtico y estable alguna vez. Notarás mis nervios, pero no sabrás lo que he luchado. Mi historia de guerra te la contaré y sonará una estupidez, pero no perderá valor aunque creas que es tonta.

La vida diaria es guerra, eres valiente y luchas, que lo mínimo que merezcas sea salir vivo. No pido una recompensa grande, solo pido sobrevivir, y libertad. Que me levante siempre con entusiasmo. Que no pierda. La vida es una guerra. Que SIEMPRE pueda ser inocente. Que sea una víctima pura. Que vea injusta la vida pero nunca me sienta culpable.

Lo intento en todos lados y casi siempre pierdo. Pero lo intento. Soy luchador.