Tengo un interior jodido. Soy presa de mis miedos e inseguridades. Veo chicos en la calle y siento que en cualquier rato me señalarán y molestarán por "maricón". Casi no salgo por lo mismo. Creo no ser alguien suficiente para que me quieran como amigo. No soy como los otros chicos, yo soy más frágil, no me gusta el peligro, pienso mucho antes de actuar. Me parece estúpida la costumbre de la juventud de actuar por impulsos, de ser tan vale madres y no pensar en las consecuencias. Y sé que estoy solo, ¡y me gusta esta privacidad! Saber que pase lo que pase me tendré a mí, que todo mundo se irá y seguiré existiendo y viviendo, y amando, y disfrutando vivir.
Me siento en una cárcel, como hoy. Siento que no me puedo mover. No me siento tan libre realmente. Pero, dentro de mi cárcel emocional soy feliz. Tengo todo para serlo. Me tengo a mí, y eso basta. Y sé que el mundo me pisará mucho, y yo a mí mismo también, pero yo tengo ritmos diferentes, y tú no me entenderás. ¿Seré un incomprendido? Sí. Pero a la mierda. Me tengo a mí, y eso importa.
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Pestañas largas y tristes (poemas)
Şiir¿Acaso desde pequeño mi destino emocional estaba a la vista de todos? ¿Las ventanas a mi alma debían tener cortinas que dieran pista de lo que hay dentro? De ser así, no me hubiera asustado tanto cuando experimenté por primera vez sentir que mi vida...