Estoy tomando mi propio control. Siempre callado, neutro, expectante. Ya no más. Ahora estoy hurgando dentro de mis intereses y formas de ser. Me estoy dando mi lugar más que nunca. Y está empezando un crecimiento que duele y me llena de preguntas. Siempre he sido para los demás alguien dulce, pero en realidad era alguien silencioso y permisivo, quizá les agradaba porque mi silencio no era competencia para ellos, no les discutía, no les perjudicaba. En realidad todos nos guiamos por intereses.
No sé en qué momento, en el pasado, me volví tan hueco. Solo por no aturdir con mi opinión. Solo por agradar y no tener enemigos. Aunque, no me culpo, bastante tenía con luchar contra mis propias emociones y no hundirme en una profunda depresión o sensación tormentosa de auto insuficiencia. Pero, hoy me dio gusto ignorarte por completo, responder tu saludo de manera seca y mirarte con rabia. Es obvio, tienes que desagradarme porque solo te burlabas de mí y me hacías comentarios para hacerme enojar.
Si el mundo está buscando alguien sumamente misericordioso, neutro, amable y alguien en quien desechar su dolor o expectativas, ese no soy yo. Déjenme ser como ustedes. Yo no soy alguien a quien admirar. Quiero ser igual de salvaje que tú. Yo no tengo por qué dejarme cachetear por ti y seguirte sonriendo. No soy esa clase de persona y no quiero, no sería bueno para mí.
Quiero tener personalidad propia, no quedarme hueco cuando estoy con los demás o en silencio cuando me preguntan qué es lo que quiero.
Soy quien soy, no lo que crees o siento. Tengo metas e intereses, y los haré saber y valer finalmente.
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Pestañas largas y tristes (poemas)
Poesía¿Acaso desde pequeño mi destino emocional estaba a la vista de todos? ¿Las ventanas a mi alma debían tener cortinas que dieran pista de lo que hay dentro? De ser así, no me hubiera asustado tanto cuando experimenté por primera vez sentir que mi vida...
