Cuando tenía 14 deseaba volverme mayor para tener una vida divertida. Quién diría que años después me convertiría en un idiota con múltiples inseguridades que querría estar siempre solo y que fracasaría en sociedad. En esos momentos yo era plenamente feliz, nada me faltaba. Había suficiente dinero en mi casa, me divertía inocentemente, tenía amigos, la gente no me odiaba tanto, no le temía a nada.
El presente no me gustaba, pero en el futuro lo añoraría tanto, tanto. No acepté que era feliz cuando tenía todo lo que hoy añoro. ¿Es acaso un ciclo común? Y hoy que estoy padeciendo, mañana quizá añoraré estar así. Siempre estoy en circunstancias perfectas, pero siempre quiero estar mejor, y no disfruto.
Estoy donde debo estar.
Quizá no me falta nada en realidad.
ESTÁS LEYENDO
Pestañas largas y tristes (poemas)
Poesía¿Acaso desde pequeño mi destino emocional estaba a la vista de todos? ¿Las ventanas a mi alma debían tener cortinas que dieran pista de lo que hay dentro? De ser así, no me hubiera asustado tanto cuando experimenté por primera vez sentir que mi vida...