Saturno Dorado - Un Deseo entre las Estrellas

Capítulo 2: Viajando.

     Se encontraba Lex Bryant saliendo de la órbita del planeta en el que se
encontraban, planeta natal de Stanley Briggs y afiliado a la Alianza: Lincoln-12. La nave en la que viajaban era una nave de transporte pequeña marca Leroy modelo Shooting Star. Las naves de transporte pequeñas usualmente median entre 15 y 20 metros de largo, por 4 de alto, con capacidad en su mayoría para 15 personas dentro sin contar al piloto. Eran naves que no requerían de dos pilotos, por lo que eran principalmente usadas para trabajos rápidos.

-Entonces dígame. ¿A dónde vamos? –preguntó Stefan.
-A la estación aeroespacial Borges-37. –respondió Lex.
-Vaya, esa queda un poco lejos. –respondió Stefan. –Tomaremos dos
paradas para recargar energía en la ruta. Nos tomará dos horas llegar allá.
-No hay problema, volemos con cuidado. –dijo Lex.

     Stefan Schester, el piloto de la nave, ordenó a Lex y a Stanley que se
sujetaran en sus asientos ya que saltarían a hiperespacio. El hiperespacio es el nombre que se le da al estado espacial que se presencia cuando una nave vuela a velocidad luz. La posibilidad de que una nave vuele a la velocidad de la luz se volvió realidad en el año 2106, cuando la gran empresa fabricante de naves espaciales, una de las pioneras en este campo, la Verloc, mostró la primera nave que voló a velocidad luz: La Verloc modelo Lightning Born. Después de ese acontecimiento, cambió la historia de la exploración espacial en la galaxia. Una vez entraron a hiperespacio, terminó la turbulencia. Lex y Stanley
se quitaron los cinturones de seguridad y Stefan se puso a revisar el estado actual de la nave para asegurarse de que nada se haya averiado por el salto.

-¿Para qué quieres ir a Borges-37? –preguntó Stanley.
-En vista de que no tengo nave, necesito una; pero no tiene sentido que compre una nave si no tengo un piloto, así que buscaré uno. –respondió Lex.
-Pero, ¿Qué no sabes pilotear una nave? –preguntó Stanley confundido.
-Sí sé, pero no soy un viajero solitario. Quiero una tripulación. Seré el
Capitán de mi propia nave de exploración y necesito un piloto.
-Ya veo… pero algo no me queda muy claro. –continuó Stanley con la
interrogación. -¿A qué te dedicas? Desde que te conocí, has estado volando de aquí para allá y ganando dinero. ¿Eres un transportista o algo?

     Lex miró a Stefan unos instantes, pero él estaba concentrado en el
estado actual de la nave y no estaba prestando atención a lo que Lex
hablaba. Así que Lex se acercó a Stanley y le dijo:

-Soy un pirata.

     Stanley se sorprendió. Nunca imaginó que Lex fuese un pirata. Luego de sorprenderse, su reacción fue de risa.

-¿Un pirata?
-¡Silencio! –calló Lex a Stanley mientras señalaba a Stefan. –No lo digas en voz alta. El piloto no puede enterarse, podría denunciarnos.
-Lo siento, pero… ¿Cómo que uno? ¿Dónde está tu tripulación? ¿Qué clase de “eso” eres?
-Por eso le pagué a un tonto para que me construyera una nave que
pudiese llevar a una tripulación mediana. Lamentablemente me falló y ahora lo llevo conmigo. ¿Te suena familiar? –dijo Lex.
-Está bien, solo respóndeme algo más. ¿Qué quieres de mí?
-Pues ya que me debes prácticamente cuatro millones de UM, trabajarás
para mí para pagarme. No tendrás paga, pagarás lo que me debes con
trabajo. –dijo Lex.
-¿Y qué trabajo pretendes que haga?
-Serás mi mecánico a bordo en mi nave. Bueno, en la que tendré. Te
garantizo comida y protección. Tu solo cumple con tu trabajo. Ahora eres miembro de mi tripulación.
-No puedo creerlo. Acabo de sumergirme en el mundo criminal por deberle dinero a un pirata.

     Entonces Stefan se levantó de su asiento y se dirigió hacia donde
estaban Lex y Stanley.

-Muchachos, voy a revisar unos fusibles en la parte de abajo y verificaré que todo está bien. Pónganse cómodos. –y dicho esto, Stefan bajó por una
escotilla que llevaba a la parte interna de la nave, que facilitaba la
reparación de esta. Lex miró a Stanley y continuó hablando.