Capítulo 35: Lo Que Nos Espera...

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    Viajando por el espacio a la velocidad de la luz, el Valentine´s Pride se dirigía al siguiente parsec que se encontraba fuera del Sector Z. Durante eso, la tripulación decidió descansar horas antes de ir a comer. Los dormitorios estaban divididos en dos partes: la sección de los hombres y las de las mujeres. Valentine y Adara entraron a sus dormitorios mientras que Lex y el resto entraron a los suyos y se acostaron en las camas a hablar.

-De aquí en adelante las cosas se pondrán más complicadas. –decía Lex. –Muchos piratas y naves de la federación se encuentran cruzando el Cinturón de Ptolomeo. No podemos confiarnos en ninguna parte.
-Los ocho grandes estarán allí. Seríamos afortunados si logramos ver a uno en persona. –agregó Matthew.
-Más bien, desafortunados. -respondió Lex.
-¿Quiénes son los ocho grandes? –preguntó Stanley.
-“Los Ocho Grandes del Cinturón de Ptolomeo” es el nombre que se le da a los ocho capitanes de las tripulaciones más grandes y feroces que viajan a través del Cinturón de Ptolomeo. Entre ellos mismos no han logrado destruirse con el paso de los años. Tampoco han podido capturarlos o matarlos. Aunque la mayoría del se evitan, de vez en cuando se retrasan mutuamente en su búsqueda de Saturno Dorado. –contestó Matthew.
-Eso es muy interesante; y aterrador. –dijo Stanley.
-No creo que debamos enfrentar a ninguno de ellos en el viaje. –agregó Brian.
-No enfrentaremos a ninguno de ellos mientras no se metan en nuestro camino. –dijo Lex. –Nuestra estrategia en la búsqueda de Saturno Dorado será mantenernos al margen de todo, mientras nos escurrimos como el agua entre las grietas de los conflictos piratas.
-¿Acaso no quieres combatir contra otros piratas? –intervino Adler.
-¿Combatir? ¡Claro que quiero combatir! Pero no estamos listos. Necesitamos una nave más grande, y para tenerla, tendremos que ganar mucho dinero.
-¿Y de dónde vendrá ese dinero?
-Ya se me ocurrirá algo. Tranquilo.
-Me emociona pensar en lo que sucederá en este viaje. –dijo Matthew.
-Tendremos muchas batallas.  –continuó Lex. –Bueno, sé que les dije que no enfrentaremos a otros piratas, pero lo que quiero decir es que enfrentar piratas no será nuestra prioridad. Lo nuestro es encontrar Saturno Dorado.

     Stefan, quien estaba muy callado, interrumpió.
-Antes de que sigan pensando en Saturno Dorado, quisiera hacer una pregunta.
-Dilo. –dio Lex la palabra a Stefan.
-¿Sabes cuantos parsecs hay a lo largo del Cinturón de Ptolomeo?
-No lo sé. ¿Tú sí?
-No. Esperaba que me lo dijeras.
-Pues no estoy seguro, pero lo que sé es que lo vamos a averiguar.
-¿Sabes lo que se tarda cruzar un parsec completo? Siento que el viaje que quieres emprender será un viaje de años. De hecho, creo que moriríamos antes de siquiera llegar al final del cinturón.

     Lex miró a Stefan, para luego mirar a Adler, a Matthew y al resto.

-Existen mitos acerca de una forma de viajar, mejorada y ancestral. –comenzó Lex. –Se trata de un método de viaje descubierto por los antiguos piratas. Algo que va más allá de la velocidad luz.
-¿De qué hablas? ¿De lo que se dice acerca de la “Híper Velocidad Luz”?
-Exactamente. Híper velocidad luz. Es la forma con la cual conseguiremos cruzar un parsec entero en muy poco tiempo.

     Stefan se puso las manos en la cara incrédulo.

-¿De qué hablas, Lex? ¿Híper velocidad luz? Así como Saturno Dorado, eso es solo un mito.

     Adler interrumpió:

-De hecho, la "Neo velocidad luz" es real. Solo los cruceros de la Alianza tienen la posibilidad de viajar a ese tipo de velocidad. No es un gran cambio, pero es mucho mejor.
-La Súper Velocidad Luz es algo que se está investigando. Al menos eso leí. –dijo Matthew.
-Pero la Híper velocidad luz es solo una teoría. Un mito, más bien. Son historias de los piratas antiguos. Casi que cuentos. –dijo Stefan.
-Una teoría basada en grandes misterios galácticos. –prosiguió Lex. –¿Cómo es que Starking se movía con su flota tan rápido? ¿Cómo es que huía de la Federación y aparecía mágicamente en otro sitio? ¿Qué tecnología usaba el Starkiller para lograr todo eso? Son misterios que nadie ha logrado resolver. Son secretos cuya respuesta habita en el Cinturón de Ptolomeo.
-No puedo creer que digas eso. Es… ¡Imposible! No…
-Escucha, Stefan. Somos exploradores. Saturno Dorado no es lo único por descubrir. Hay muchos piratas en la galaxia, muchos objetos extraños, reliquias, artefactos, secretos de viaje, cosas increíbles. Antes de siquiera pensar en Saturno Dorado, tenemos que descubrir muchas cosas. El cómo construir una nave crucero es una de ellas.
-Solo no te cierres a las posibilidades. –dijo Matthew. –Hay mucho por descubrir. Mucho que aprender. Mucho por lo que viajar. Este viaje que decidimos hacer no es un viaje para una temporada. Es un viaje de toda una vida.
-¿En qué me metí?... –se dijo Stefan.
-Pues nunca fue mi meta estar en un viaje como este. Pero para mí, los hogares no existen. Viajar con ustedes a lo desconocido es igual que permanecer en un solo sitio –dijo Adler.
-Claro que no. Si te quedas en un solo sitio, verás lo mismo todos los días. Si te mantienes en constante movimiento, verás cosas nuevas todos los días. Es la clase de vida que quiero. –agregó Lex.
-Pues yo prefiero esto a pasar mi vida entera en Miracle Moon. –agregó Brian. –Aunque nunca vuelva a ver a mis padres, o a mi maestro Grit, siento que valdrá la pena.
-Puedes enviarles transmisiones. Cuando lleguemos a un planeta civilizado, buscaremos supercomputadoras. Con ellas enviaremos transmisiones a cualquier lugar de la galaxia, gracias a la gran tecnología de los satélites de hoy en dia. –recomendó Adler.
-Puede ser. –musitó Brian.
-Pues yo le enviaré una a mi familia, diciendo que no regresaré nunca más. –dijo Stanley.
-Te dije que podrías regresar cuando termines de pagarme. –repitió Lex.
-¿Regresar? No regresaré. Para cuando te pague, no sabré cómo regresar a Lincoln-12. Mis días como mecánico de taller terminaron. Aunque me aterra la idea de viajar contigo y estar expuesto al peligro y a tus ideas locas, creo que podría acostumbrarme. Creo que ahora seré el mecánico del Valentine´s Pride para siempre.
-¡Eso! ¡Eso quería oír! –gritó Lex con entusiasmo.
-Señores, tenemos un mecánico. –dijo Matthew con muy buen humor.

Saturno Dorado - Un Deseo entre las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora