Capítulo 34: La Paz En Veragor.

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     Tres días después de la batalla de Arnold´s Kingdom y cinco después de la de Lambert, la tripulación comía en una misma mesa, horas antes de partir del planeta.

-Siempre lo voy a decir: la comida de Brian es la mejor. –decía Lex mientras comía con mucho placer.
-Concuerdo contigo. –agregó Matthew.
-Me hubiese gustado honrarlos como celebración por la victoria, pero al tener a un chef de estas proporciones en su tripulación, es mejor que lo pongan a trabajar. –decía Michael Dallas, quien también estaba en la mesa comiendo.

     Adara también estaba en la mesa, sentada junto a Lex, disfrutando de su comida mientras observaba a Lex y escuchaba lo que decía.

-Me siento realizado. No solo por haberme quitado a Arnold de encima, sino por haberlos ayudado a salir de este problema.
-Nosotros también estaremos eternamente agradecidos de que nos ayudasen a despertar. –dijo Dallas.
-Ahora lo que sigue será preparar la nave para partir.
-¿Cuándo se irán?
-Hoy mismo. Fue divertido estar aquí; también fue doloroso. Pero tenemos que continuar. Un largo viaje nos espera.
-¿Y se puede saber hacia dónde irán?

     Lex miró a todos para luego responder.

-Al Cinturón de Ptolomeo. –afirmó Lex.

     Cuando terminaron de comer, Brian se encargó de coordinar el cargamento de la nave, ya que en agradecimiento, el pueblo había ofrecido contenedores repletos de víveres y de agua. De igual forma, Stanley, junto con otros mecánicos, se aseguraba de que la nave estuviese en óptimas condiciones. En la cabina de mando, Valentine y Stefan comprobaban el funcionamiento de todas las computadoras y el volante de la nave, así como el panel de control de la misma. Matthew y Adler descansaban bebiendo unos tragos junto con Dallas, y Lex admiraba el horizonte a lo lejos. Adara, quien estaba por ahí, se acercó a Lex para hablar con él.

-Así que te vas. –dijo ella mirando al suelo.
-Sí. Tenemos un largo viaje por recorrer.
-Al Cinturón de Ptolomeo…
-Y luego a Saturno Dorado. –dijo Lex con mucha seguridad.
-Quisiera saber… ¿Qué hace que estés tan seguro de ti mismo? Y… ¿Qué hace que estés tan seguro de que vas a encontrar ese lugar?

     Lex tardó un poco en responder. Pero lo hizo:

-Es una convicción. Como te dije antes, es seguridad… es… fe, supongo.
-¿En ti mismo?
-En mí. En mis habilidades. En mi tripulación y las habilidades de mi tripulación. En eso pongo mi seguridad, mi confianza y eso reafirma mi convicción.

     Adara guardó silencio para admirar un momento a Lex.
-Eres una persona bastante interesante. –dijo ella.
-Sí, me lo han dicho. Pero a veces no lo creo así. –dijo Lex sonriendo.
-Pues yo te digo que es verdad.
-Y te agradezco por eso. –respondió Lex, mirándola.

     Lex se dio la vuelta para ir al Valentine´s Pride, pero luego se detuvo a pensar. Entonces volteó para hablarle a Adara:

-Ah, por cierto. Quisiera preguntarte algo.
-Claro, dime. –respondió Adara.
-¿Algo te ata a este planeta? Digo… si no estás muy ocupada…
-¿Qué quieres decir?
-Pues, lo que quiero decir es que me vendría bien alguien como tú en la tripulación. Eres una excelente médico.
-Soy enfermera... -decía ella.
-Da igual, aunque fueses recepcionista, lo que hiciste por mí y por los demás durante estos días, estuvo increíble. No solo me curaste a mí, sino que pude ver con mis propios ojos cómo atendiste a muchos heridos. Me impresionas. En verdad me gustaría seguir contando contigo.

     Adara se emocionó, pues eso era justamente lo que estaba esperando que Lex dijera.

-¿Me estás pidiendo que me una a tu tripulación? –preguntó, emocionada.
-No, solo digo que si no tienes mucho qué hacer, me gustaría que…
-¡Claro, acepto! Nada me ata a este lugar. De hecho, he querido salir de aquí desde hace tiempo. Por supuesto, eso era por el problema que teníamos con Arnold.
-Ahora que Arnold no está, ¿Te quedas?
-Todo lo contrario. Ahora que Arnold no está, creo que el hospital puede darse el lujo de tener una enfermera menos.
-Entonces es un hecho. Bienvenida. -dijo Lex, y luego extendió su mano hacia Adara.
-Muchas gracias, capitán Lex. -Adara estrechó su mano con la de él.

     A partir de ese momento, Adara se convirtió en una miembro más de los Exploradores del Eclipse.

-Muchachos, tenemos nueva tripulante. –dijo Lex dirigiéndose a su tripulación.
-Déjame adivinar… –comenzó Matthew. –Acaso… ¿Tenemos a la Oficial de Enfermería de la nave?
-Es correcto. –dijo Lex.
-Bienvenida. –dijo Matthew a Adara.
-Sí, bienvenida. –agregó Brian.
-Lo mismo digo. –dijo Stanley.

     Stefan le habló a Valentine al oído.

-Te lo dije…
-Cállate. –dijo Valentine dándole con el codo. –Que bueno que te nos unas. –dijo a Adara.
-Gracias a todos por recibirme. Estaré feliz de atenderlos cuando lo necesiten. Aunque espero no tener que hacerlo. –dijo Adara.
-Todos lo esperamos. ¿No es así muchachos? –dijo Lex.
-¡Así es! –finalizó Matthew.

     Todos compartieron un momento de risas. Entonces, habiendo terminado con todos los preparativos, comenzaron a despedirse.

-Los extrañaremos. En especial a ti, Adara. Cuídate mucho y ayuda en todo lo que puedas a Lex. –decía Michael Dallas.
-Lo haré. –dijo ella.
-No olvides despedirte de tu madre. Ella está en el otro pueblo.
-Claro, lo haré. El capitán Lex y yo ya hablamos al respecto.
-Por supuesto. No hay problema. –dijo Lex. -Pasaremos por ahí para que Adara pueda despedirse.

     Todos se despidieron de los habitantes de Lambert, así como los habitantes se despidieron de la tripulación. El Valentine´s Pride despegó hacia el pueblo siguiente, en donde Adara se despidió de su madre, y ella conoció a la tripulación y les regaló comida para el viaje. Luego de eso, despegaron de nuevo y salieron de Veragor.

-Voy a extrañarlos mucho a todos. -decía Adara, algo conmovida.
-Comprendo tu sentimiento. Pero ya pasará. Muy bien, es hora. Sin más distracciones, muchachos. –decía Lex.
-¿Rumbo al Cinturón de Ptolomeo? –preguntó Valentine.
-¡Rumbo al Cinturón de Ptolomeo! –aseveró Lex. –Obviamente, primero tenemos que pasar al siguiente parsec y salir de este sector. Así que será un viaje largo.
-¿Entraremos a velocidad luz y descansaremos?
-Claro. No tenemos por qué hacer más paradas. Tenemos suficiente energía para llegar al siguiente parsec.
-Entonces saltemos de una vez. –dijo Stefan.

     Stefan hizo entrar a la nave a hiperespacio, reiniciando el viaje para la tripulación, quienes se dirigían a su destino tan esperado.

Saturno Dorado - Un Deseo entre las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora