Saturno Dorado - Un Deseo entre las Estrellas

Capítulo 24: Viajando Por El Sector Z.

     En algún lugar del Sector Z, la nave de exploración mediana, conocida, como el Valentine´s Pride, flotaba en el extenso vacío del espacio sideral. En vista de que estaban cansados por todo lo anteriormente acontecido, y ya a varios de miles de kilómetros del lugar de los hechos, la tripulación se detuvo a descansar, poniendo la nave en piloto automático. Se reunieron en el comedor de la nave.

-Buena comida, Brian. Sin duda, eres un chef. –decía Lex mientras saboreaba la carne y el puré de papas que Brian le preparó.
-De nada. Es un platillo corriente, pero sabía que te gustaría. –respondió Brian.
-Pues la sopa también está genial. –decía Matthew.
-Gracias, fue lo que más tardó. Para la sopa utilicé ingredientes menos comunes.
-Ya que eres parte de la tripulación, Adler; cuéntanos tu historia. –dijo Lex para interrogar a Adler.
-¿Mi historia? –preguntaba Adler, algo confundido.
-Exacto.
-Sí, queremos oír. –dijo Valentine.
-¿Qué edad tienes? –preguntó Stefan. -Según la última vez que saqué la cuenta, tengo veintiocho años. –declaró Adler.
-Vaya, eres el mayor a bordo. –dijo Brian. –Antes Stefan y yo éramos los mayores.
-¿Quién es el menor? –preguntó Adler.
-Yo. –dijo Valentine mientras tomaba jugo. –Tengo diecinueve.

     Lex señaló a Matthew, a Stanley y a él mismo para declarar las edades que tenían.
-Veinte, veinte y veinte. –declaró Lex.

Adler miraba con incredulidad. Ante él estaba una tripulación de niños, dueños de su propia nave. Para él, era algo infantil. Su opinión simple era que se trataba de niños jugando a los astronautas.

-Ustedes son una tripulación de niños.¿Cómo llegaron tan lejos? ¿Y dónde aprendieron a combatir tan bien? –preguntó el mercenario.
-Supongo que es una lección para ti. No debes subestimar a las personas. -afirmó Lex.
-Yo aprendí a disparar desde niño. –dijo Matthew.
-Yo recibí entrenamiento militar en la adolescencia. –dijo Brian.
-Y yo trabajé con piratas hace mucho. –finalizó Lex.

     Stanley, Stefan y Valentine callaron. No tenían pasados turbios, ni momentos en los que hubiesen aprendido a ser rudos.

-Nosotros… no tenemos pasados peligrosos. –agregó Valentine hablando en nombre de Stefan y Stanley.

     Adler no lo podía creer. Le sorprendió mucho que muchachos tan jóvenes de verdad tuviesen esa experiencia; incluso estaba sorprendido por lo que él mismo vio mientras estaban en la nave de Alan Russ.

-Bueno, también tuve una vida complicada. Así que les creo.
-Te escuchamos. –dijo Lex.
-Sí, cuéntanos. -agregó Matthew.
-No tengo intenciones de contarles nada. Es mi vida. Es personal. -aseveró Adler.
-No te avergüences. -intervino Valentine. -Todos aquí nos llevamos bien. Hay confianza. Si viajarás con nosotros, queremos saber que podemos confiar en ti.

     Adler lo pensó unos segundos. Al final, accedió. Le pareció que no había problema en compartir con aquel grupo de jóvenes, como él. Aunque él se sentía un adulto delante de ellos, y lleno de experiencia, pudo relajarse y rebajarse a su nivel para conversar un rato.

-Pues… nací en un planeta afiliado a la Alianza: Hawi, sistema Eti. Mi vida era totalmente normal; nunca pensé en convertirme en quien soy ahora. Al menos no hasta que mi padre me dijo que haría un viaje a otro sistema; en donde posteriormente murió.
-Ya va, más lento. -sugirió Lex. -Esos giros en la trama son muy rápidos.
-No te estoy contando un cuento de estrellas, niño. ¿Quieres escuchar o no?
-Está bien. Continúa.

     Adler prosiguió.

-Mi madre y yo no nos preocupamos. Él se fue y por ahí todo tomó su curso. Resultó que mi padre se había involucrado en negocios ilegales con una banda peligrosa. Pasaron dos años y no volvía. Fue entonces cuando mi mamá y yo recibimos una transmisión de él, en donde nos decía en todo lo que se había involucrado, además de que su vida estaba en peligro. Mi madre se preocupó mucho… yo también, obviamente. Como no sabíamos qué hacer, decidí ir a buscarlo. No quería quedarme de brazos cruzados. Tomé mis cosas y encontré la manera de rastrear el origen de la transmisión; logré dar con la ubicación de mi padre y tomé un crucero y viajé.