Capítulo 30: Confrontación Final En Veragor.

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     A las ocho de la mañana, según la zona horaria de Veragor, todos ya estaban preparados para la esperada confrontación; y desde donde se encontraba Adler, se podía divisar en el horizonte los carros en donde se movían los gánsteres.

-¡Ahí vienen! –advirtió Adler.
-¿Ves a Arnold? –preguntó Matthew, que estaba cerca de él.
-¡No sé cómo luce!
-¡No importa! Avísanos qué más ves.
-Son varios carros. Están transportando a sus soldados, obviamente. Es probable que intenten chocar contra la barricada.
-Entonces los esperaré.

     Los carros venían en caravana y los gánsteres estaban listos para disparar. Estaban armados no solo con rifles láser. Varios de ellos tenían armas diferentes, compradas por Arnold a una organización traficante de armas llamada Aqua Crusher´s. Los guerreros de Lambert estaban todos armados con rifles láser y pistolas láser, por lo que había cierta desventaja.

-¡Ya los escucho! –decía Lex. –Muchachos, ¡No tengan piedad!

     Adler tomó una flecha y se preparó.

-¡Mataré al primero, si no les importa! –dijo.
-¡Como quieras! –dijo Matthew. Luego tomó su teléfono y llamó a Valentine. –Despega esa nave. Aleja lo más que puedas a los inocentes.
-¿Qué hacemos si los cazas aparecen? –preguntó ella.
-Por algo subió a bordo uno de los guerreros. Es tu artillero, úsalo.
-Entendido.

     El Valentine´s Pride despegó de Lambert y se alejó con muchos habitantes del pueblo a bordo. Sin embargo, Arnold no estaba pendiente de la nave, sino de Lex, por lo que no enviaría cazas a derribarla.

-¡Están cerca! –gritaba uno de los operadores de ametralladoras.
-¡Entonces disparen! –gritó Dallas, quien se encontraba en una casa próxima.
-¡Ya oyeron! ¡Fuego! –gritó Lex.

     Los operadores de ametralladoras dispararon contra los carros. Adler disparó su primera flecha contra los gánsteres, cumpliendo lo que dijo de matar al primero. Los carros frenaron y los gánsteres bajaron, comenzando a buscar la forma de entrar al pueblo.

-¡Lo tenemos controlado! ¡No pasarán! –gritó uno de los operadores de ametralladora.

     Pero lo que comienza bien, no necesariamente continúa bien. Aunque la situación parecía controlada al principio, todo comenzó a ponerse más difícil, pues una explosión tuvo lugar en el muro, haciendo volar la primera ametralladora.

-¿Qué pasó? –preguntó Dallas. -¡Tienen lanzagranadas! –advirtió otro de los operadores de ametralladoras.

     Casi al instante de advertir acerca de las armas que portaba el enemigo, el joven también murió, pues otra explosión tuvo lugar en el muro, matándolo a él y derribando la ametralladora.

-¡Bajen de esas ametralladoras y tomen los rifles! –gritó Dallas, para evitar que murieran más hombres.

     Dos operadores lograron bajar. Pero el último no pudo, puesto que también murió a causa de una granada lanzada a su ametralladora. Luego de eso, las granadas volaron la barricada y los pandilleros entraron.

-¡Ahí están! –dijo Lex.
-¡Es hora de disparar! –gritó Matthew, sabiendo que era su turno.
-¡Fuego! –ordenó Dallas a los hombres que lo acompañaban.

     Los guerreros de Lambert comenzaron a disparar contra los gánsteres. Estos también respondieron al fuego, iniciando el combate en la entrada principal de Lambert. Lex disparaba con su puntería característica, derribando a sus enemigos uno tras otro. De igual manera, Brian disparaba de manera certera, ya que usaba un rifle láser. De vez en cuando, a Brian le temblaba el pulso, pues estaba bastante asustado. Matthew, desde el ayuntamiento, disparaba ráfagas de láseres que barrían con los gánsteres, y Adler, habiendo fabricado muchas flechas, disparaba a la entrada, haciendo explotar las flechas y matando a muchos enemigos. El combate estuvo del lado de ellos siempre, hasta que los gánsteres comenzaron a ser tácticos. Los tejados de las casas comenzaron a explotar y a derrumbarse. Las fuerzas de Arnold habían lanzado granadas a ellos.

Saturno Dorado - Un Deseo entre las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora