Capítulo 14: La Temporal Separación.

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     Luego de ver todo acerca de la nave, Lex le pidió un tiempo a Kira para reunirse con su tripulación. Se alejaron de la Verloc y se sentaron en unas sillas a lo lejos.

-Muchachos, quiero esa nave. ¿Qué dicen ustedes? –dijo Lex.
-A mí me encanta. –dijo Brian.
-Tengo que estudiar los planos y pronto seré capaz de repararla cuando haga falta. –dijo Stanley.

     Lex notó que Valentine estaba callada. No mostraba intenciones de querer intervenir en el debate.

-¿Qué sucede, Valen? –preguntó Lex.
-Se necesitan dos pilotos. Necesito un copiloto. –dijo ella.
-Ah, cierto. Pero supongo que podrás conseguir uno.

     Las naves, dependiendo del tipo, necesitan cierta cantidad de pilotos, o timoneles, para poder operar todas sus funciones. Una nave crucero requiere alrededor de diez timoneles, orientados por un oficial de
navegación. Al oficial de navegación se le llama tradicionalmente "piloto" en especial si trabaja solo.

-¿No tienes un colega que pueda ser el copiloto de la nave? –preguntó Lex.
-Tengo muchos colegas. –respondió Valentine. –Pero no se me ocurre que alguno quiera formar parte de esta tripulación.
-Entiendo… -dijo Lex.

     Stanley notó preocupación en Lex mientras admiraba la nave. Aunque Lex fuese el tipo de persona que no mostraba sentimientos negativos como tristeza, ira o preocupación, Stanley pudo notarlo.

-¿Cuál es el problema, Lex? –preguntó Stanley.
-El problema es… que no tengo el dinero para pagarla. –respondió él.

     La mirada de decepción de Lex mermó la motivación del equipo en ese momento.

-¿Seguro? Tú… tienes mucho dinero. –dijo Stanley.
-Tenía. –respondió Lex. –He gastado mucho últimamente.
-¿Buscaremos otra entonces? –preguntó Valentine.
-No, para nada. Quiero esta.
-¿Y qué se supone que harás? ¿Robarla? Porque no formaré parte de eso.
-No, nada de eso. Solo necesito conseguir el dinero. Tengo ocho millones en mi cuenta digital. Vale veinticinco millones. Debo conseguir diecisiete millones de UM y será suficiente.
-¿De dónde piensas sacar esa cantidad? Quince millones puedo ganar yo en tres años como piloto con mucha suerte. ¿Qué planeas tú?

     Lex se dio la vuelta viendo al suelo y se acercó a Kira, quien esperaba a lo lejos.

-La quiero. Pero no puedo pagarla ahora.
-¿Y qué es lo que propones? No puedo venderla a menor precio, mucho menos a crédito.
-Quiero que la mantengas aquí. Como siempre ha estado. No se la vendas a nadie. Conseguiré el dinero, pero dame tiempo. No sé qué calendario usas, pero dame al menos ocho meses.
-Estará aquí el tiempo que sea. No creo que alguien quiera comprarla. Pero en caso de que sí, solo te puedo dar seis meses.

     Lex lo pensó. Entonces tomó su decisión; quería la Verloc y la tendría.

-Seis meses. Volveré con el dinero completo. –dijo él.

     Lex salió de la concesionaria junto a la tripulación. Se sentaron frente al Sweet Revenge. Lex habló:

-No tengo el dinero suficiente. Pero voy a conseguirlo. Por supuesto, no pueden ir conmigo. Esto es un trabajo que tengo que hacer solo.
-¿A dónde piensas ir? –preguntó Valentine.
-A un planeta infernal. –respondió Lex. –Con trabajo duro, podré conseguir el dinero en seis meses. Pero no puedo descansar, debo empezar ahora.
-¿Qué haremos nosotros? –preguntó Stanley.
-Ustedes… ustedes harán lo que quieran. –Lex se dirigió a Valentine. –Volvamos a Borges-37. Allí pagaré un transporte hacia mi destino. Valentine, trata de conseguir un piloto que pueda y quiera unirse a la tripulación. Brian, tú eres libre de hacer lo que quieras; aunque si puedes conseguir más cocineros para la nave, no hay problema.
-Está bien. –dijo Brian.
-Stan, léete los planos de la nave. Aprende dónde queda cada circuito. También puedes conseguir más mecánicos si quieres. En cuanto a mí, me dedicaré a conseguir el dinero que falta. En seis meses nos veremos aquí.
-¿Seis meses? No son iguales los días en ninguna parte, Lex. Tienes que mencionar un calendario.
-Ahorita no se me ocurre ninguno, ya después lo elegimos. Pero por ahora, el tiempo será seis meses. Nos volveremos a ver aquí, en Rowan Starships. Compraremos esa nave y despegaremos a nuestro siguiente destino. Valentine, consigue el copiloto. El resto, puede volver a casa con su familia; tú con tus primos, Stan. Y si quieres puedes volver a
Miracle Moon o con tus padres, Brian.
-¿Por qué no me dejas llevarte al planeta?
-Oh no, mantengamos al Sweet Revenge lejos de ese planeta de perdición. Tú solo llévanos a Borges-37. Tomaré un transporte desde ahí y luego lleva a los chicos a donde te pidan que los lleves.
-Pero aunque sea dinos a dónde iras.

     Lex lo pensó un momento antes de responder; hasta que abrió la boca.

-Iré a Skilenze.

     Skilenze (Es-ki-lens, según la pronunciación autóctona) es un planeta que queda en un sector límite de la Alianza. No posee gobierno absoluto, solo son pequeños territorios divididos por Pandillas, sindicatos y terratenientes. Muchos le llaman “planeta infernal” no solamente por el calor que hace, sino porque la inseguridad y la cantidad de formas de vida malignas y peligrosas que allí habitan son exuberantemente altas. Ningún transporte normal llevaría a alguien allí. Solo transportistas clandestinos, traficantes, contrabandistas y mafiosos serían capaces de ir a ese planeta.

     El Sweet Revenge despegó de Rowan Starships y llegó a Borges-37, luego de cuatro días de viaje. Allí, Lex se despidió de sus compañeros, tomó un transporte que lo llevaría a otro planeta del cual tomaría otro que lo llevaría a Skilenze. Valentine, Stanley y Brian volaron a Lincoln-12, en donde Stanley regresó a trabajar con sus primos, Valentine se tomó unas vacaciones para vivir con su madre y sus hermanos y Brian consiguió un trabajo de medio tiempo en un restaurante en ese mismo planeta. Durante seis meses estarían así, hasta el día en que los cuatro se reúnan nuevamente, listos para continuar hacia su aventura en la búsqueda de Saturno Dorado.

Saturno Dorado - Un Deseo entre las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora