Café, caricias y ronroneos II Wonkyun

CUATRO

Changkyun cruzó la calle y miró atentamente al frente, calculando a la vez que recorría nuevamente el camino en la mente.

"Bien, esta es la tercera, sigo hasta la próxima esquina y debo doblar a la derecha..." pensó, revisando con una corta mirada el soporte descartable en sus manos, donde llevaba las tres bebidas, y la bolsa de papel colgando de su muñeca, donde llevaba la caja de los postres dentro. Todo estaba en orden y llegaría bien el pedido.

Siguió avanzando hasta dar con la entrada del estudio al cual debía llegar. Al leer el cartel vistoso con las palabras Polaroid Studio en él reconoció que era el lugar indicado. Tocó el timbre que se lucía a un costado de la puerta principal, tal y como se lo había detallado Minhyuk, y luego simplemente esperó allí.

Al escuchar la voz que salió del aparato, con un tono metálico y distorsionado, dio un pequeño salto en el lugar que casi hace derramar el líquido.

— Si, ¿Quien es?

Reconoció aquella voz como propia de Hoseok y se acercó al artefacto con una timidez repentina en todo su cuerpo.

—Ah, so-soy Changkyun de... Flower Cafe, le-les traigo su pedido.

—Ah, Changkyunnie, ahora te abro.

Changkyun escuchó el cambio de estática cuando el mayor cortó la comunicación y dejó salir un lento suspiro mientras enderezaba la espalda. Se acercó más a la puerta y esperó a ser atendido. Se sentía nervioso de repente, pero supuso que la sensación se debía al hecho de que no solía hacer delivery muy seguido. Pensó que, quizás, fuera Hyungwon quien le atendiera y al encontrarse con Hoseok tras la puerta, cuando esta se abrió lentamente, se sorprendió un poco.

Hoseok le sonrió gentilmente y se hizo a un lado para permitirle el paso al híbrido.

—Gracias por el favor, realmente estuvimos ocupados todos estos días...

—Es entendible, nosotros también sabemos tener esos días.

Si bien el rostro de Changkyun se mantenía sereno, sus palabras suaves reconfortaron, de alguna manera, a Hoseok. Agradecido por su gesto, el mayor asintió con la cabeza en acuerdo con él y luego sonrió.

—Bien, aquí está todo —dijo, entonces, el híbrido, señalando las cosas que había dejado sobre el recibidor a un lado de la entrada—. En la caja están los postres, especialidad de Hyunwoo.

—Kihyun estará encantado, gracias Changkyunnie —Hoseok dio un paso más cerca al menor, extendiéndole en una mano varios billetes que su amigo le había dado antes para pagarle por el pedido.

Changkyun le miró y luego aceptó el dinero. Los contó, dobló por la mitad y los guardó en el bolsillo delantero de su abrigo.

Mirarle hacer eso con un tierno gesto de concentración hizo sonreír otra vez a Hoseok. Luego su atención se enfocó en aquellas orejitas de color castaño rojizo, o quizás fueran diferentes tonalidades de rubio, dependiendo de la luz. Su mano picó por acariciarlas y, sin darse cuenta, alzó una en dirección al híbrido pero se detuvo a mitad del camino.

—¿Puedo...? —preguntó, recibiendo una rápida mirada de asombro por parte del chico.

Changkyun estudió sus movimientos con ojos afilados, manteniendo la distancia y su cuerpo tenso, por varios segundos y sin pronunciar palabra. Hoseok estuvo a punto de desistir y bajar su mano cuando le vio soltar un corto suspiro e inclinar su cabeza hacia adelante, dándole permiso tácitamente.

El pelinegro no pudo esconder la tierna sonrisa en su rostro mientras acercaba nuevamente su mano con cuidado para acariciar la zona entre medio de sus orejitas con suaves palmadas, admirando como estas se movían dependiendo el movimiento de su mano.